MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRESS)
El animador español Valentín Amador llegó a Disney hace dos años y lo hizo por la puerta grande: su primer proyecto fue'Frozen, la película de animación más taquillera de la historia hasta la fecha. "Todo el mundo es consciente de que lo de 'Frozen' solo ocurre una vez en la vida", ha afirmado.
Sin embargo, ninguna de las personas que se embarcaron en 'Big Hero 6', el siguiente proyecto del gigante de la animación que llega ahora a la gran pantalla, se ha dejado intimidar con este éxito sin precedentes, a pesar de ser conscientes de que es difícil alcanzar los mismos datos de recaudación, según ha explicado durante una entrevista concedida a Europa Press.
"Sabíamos que teníamos una buena película entre manos, pero no pensábamos que fuera a ser tan popular. A partir de ahí todo va a ser un anticlímax", ha bromeado el animador, responsable de algunos de los rasgos de los protagonistas de la entretenida 'Big Hero 6', Baymax y Hiro.
'Big Hero 6' es una comedia de aventuras que narra el vínculo que se establece entre Baymax, un enorme robot inflable, y el niño prodigio Hiro Hamada. El escenario es la irreal ciudad de San Fransokyo, que un día es arrasada por un devastador acontecimiento. Entonces, Hiro recurre a Baymax y a sus mejores amigos --entre los que están la adicta a la adrenalina Go Go Tomago, el obseso de la precisión Wasabi, el genio de la química Honey Lemon y el fanboy Fred-- para descubrir este misterio.
ANIMACIÓN: CONEXIÓN EMOCIONAL
Preguntado por su labor en esta cinta, Amador recurre a un paralelismo: "Los animadores somos a la animación lo que los actores a las películas de imagen real". "Mi trabajo ha sido expresar las emociones del personaje de manera que el público pueda entenderlas y conectar emocionalmente con ellos, al igual que hace al actor en las películas", ha explicado.
En este sentido, indica que antes de empezar una película siempre tienen un "periodo de exploración" en el que las personas involucradas en la creación de los personajes descubren "cómo son, su función en la cinta y los rasgos de su personalidad que les hacen únicos".
En el caso de Baymax, Amador cuenta que su creación fue un desafío porque el personaje "tenía lo mínimo" y había que hallar una "manera especial" en sus movimientos y usar "los pocos elementos" que tenían, tales como inclinar la cabeza en un determinado momento. "Un parpadeo podía ser algo muy estratégico", ha dicho.
La dificultad de Hiro, por su parte, reside precisamente en trazar el perfil de un humano con "emociones muy complejas", en cuya elaboración a veces es vital la colaboración entre todos los miembros del equipo. "La animación es un trabajo un poco obsesivo, estás un poco encerrado en tu escena, cuando luego dura solo cinco segundos, así que es importante mostrar tu trabajo para tener una perspectiva desde fuera", ha señalado.
En esta cinta han participado alrededor de un centenar de animadores, un gran grupo al que Amador se refiere como "una gran compañía de teatro" en la que se celebran todos los éxitos como propios. "El año pasado era una princesa nórdica y este año un preadolescente, es el mismo equipo el que se enfrenta a proyectos nuevos cada vez", ha resaltado.
Amador no se plantea volver a España, a pesar de estar convencido de que es "un buen momento para la animación española" y de creer que siempre habido mucho talento en el país. El problema, a su juicio, es que "no hay una industria establecida". "Una vez se termina una película tienes que empezar el proceso de financiar la siguiente y eso toma años, falta un consolidación industrial", ha concluido.