Wes Anderson presenta Isla de Perros: "En esta película hemos llevado el stop motion al límite"

MADRID, 27 Feb. (EUROPA PRES) -

Tras su triunfal paso por la Berlinale, donde se alzó con el premio al mejor director, Wes Anderson ha visitado España para presentar Isla de Perros, su última película en la que regresa a la animación stop motion. Una técnica que ya utilizó en su filme de 2009 Fantástico Mr. Fox y que ahora, gracias a la experiencia acumulada entonces, ha llevado "al límite".

Isla de Perros, que verá la luz en los cines el próximo 20 de abril, es una fábula canina en la que el director de las celebradas Moonrise Kingdom (2012) o El Gran Hotel Budapest (2014) viaja hasta Japón para homenajear el cine de Kurosawa y Miyazaki y relatar la peculiar aventura de Atari Kobayashi. Él, un niño de 12 años de edad  es el protagonista de esta historia en la que intenta rescatar a su perro después de que el implacable alcalde de Megasaki -la personificación de un "gobierno criminal", tal como lo define el propio director- decida que a raíz de una epidemia todas las mascotas caninas de la ciudad deben ser recluidas en el inmenso vertedero de Trash Island.

Una película la que Anderson cuenta con estrellas de la talla de Bill Murray, Edward Norton, Jeff Goldblum, Harvey Keitel, Scarlett Johansson, Bryan Cranston, Tilda Swinton o Frances McDormand, para poner voz a los personajes de un filme que ha presentado este martes en la Filmoteca de Madrid acompañado de los guionistas Roman Coppola y Jason Schwartzman.

Y es que, según confesó el propio director, en Isla de Perros ha querido rodearse una vez más de rostros habituales de su cine para, al igual que ocurre con los canes de la película "crear una familia durante el rodaje". "Es la forma en la que me gusta trabajar, quiero que mi equipo esté junto durante el rodaje, que comamos juntos, durmamos juntos... que formemos parte de esa experiencia hasta el final", señaló.

Una producción que afrontó con el bagaje que le aportó su anterior experiencia en el stop motion, lo que le ha permitido aprender de los errores y "de las cosas que pudimos haber hecho de otra manera" para llevar esta técnica de animación "a otro nivel" en esta película

"Hemos llevado el stop motion al límite no solo en las criaturas sino también en cuanto a la cantidad de escenarios y decorados diferentes. Gracias a Fantastico Mr. Fox aprendimos mucho sobre esta técnica y a trabajar de forma más eficiente. Esa experiencia previa nos permitió hacer más con lo mismo e ir un paso más allá", afirmó Anderson que alaba la libertad creativa y las posibilidades, casi ilimitadas, que este tipo de animación le ofrece para contar sus historias .

LA MAGIA DEL STOP MOTION

"Todo cobra vida de forma muy misteriosa, increíble, y con la animación por ordenador no sería posible hacer lo mismo", asegura el director que además de esa 'magia' del stop motion también destaca el ritmo muy particular que le concede a la película frente a otras modalidades de animación que aportan cadencias más "lineales". Un paso y un ritmo que también marca la música, que vuelve a tener mucho peso en su cine y en este caso, como en sus tres filmes anteriores, de nuevo es obra del maestro Alexandre Desplant.

Pero a diferencia de lo que ocurría con Fantástico Mr. Fox, que estaba basada en una novela infantil de Roald Dahl, a la hora de elaborar la historia de Isla de Perros han contado con total libertad para hacer lo que creían "más interesante para el público"en el que el propio director define como su filme "más político".

"Empezamos partiendo de una situación ficticia, en la que tenemos que inventar un gobierno que es criminal, son delincuentes. Y mientras tanto, porque estuvimos trabajando años en la historia, el mundo estaba cambiando y muchas cosas que veíamos se iban plasmando ahí. Pero espero que la política esté al servicio de la historia, de los personajes", reconoció Anderson. "Yo no se la dejaría ver a mis hijos... ahora", apostilla Schwartzman.

Durante un encuentro en la filmoteca, el director también reveló la influencia que tuvo el cine de Pedro Almóvar en su filme Los  Tenenbaums. Una familia de genios (2001)  y, junto Coppola y Schwartzman, también aprovecharon para hablar de la importancia de la sinceridad en el proceso de creación -"podemos decirnos lo que sea, lo que se nos ocurra, y si tenemos una idea que no es buena... se dice y no pasa nada", han asegurado- y también de la constancia.

"Tenemos muchos recursos a nuestro alcance hoy en día, así que haz lo que puedas con lo que tengas, pero lo importante es ser constante e ir avanzando", aseguran.