ROMA 15 Oct. (Reuters/EP) -
Los calabozos subterráneos del Coliseo romano, una de las siete nuevas maravillas del mundo donde hace siglos los gladiadores se enzarzaban en mortales combates, se abrirán al público por primera en la historia vez la próxima semana.
Una zona superior del antiguo monumento que había sido cerrada desde la década de los setenta también será accesible para los visitantes y ofrecerá una visión más antigua del foro de Roma, considerado como uno de los grandes logros de la historia de la arquitectura.
La apertura de las habitaciones subterráneas, donde los leones y los tigres eran enjaulados y los gladiadores esperaban para escuchar su destino, y del tercer nivel superior del anfiteatro del año 80 DC es parte de la reciente restauración.
"Es la primera vez que la gente tendrá la oportunidad de ir abajo a los lugares donde los juegos y espectáculos eran organizados", dijo Rossella Rea, directora del Coliseo.
Las autoridades italianas señalaron que la idea era también darle a los visitantes más espacio en uno de los monumentos más visitados de Italia, que en la época romana fue el escenario de violentos juegos, enfrentando a los guerreros contra animales salvajes, y también simulacros de batallas navales.
Rea dijo que más de 18.000 personas visitan el anfiteatro diariamente, por lo que el hacinamiento se había convertido en un problema para los turistas. Las áreas de reciente apertura se podrán acceder a través de visitas guiadas de un máximo de 25 personas a la vez.
Desde la Libitina Porta ('Puerta de la Muerte') a través de la cual los cuerpos sin vida eran llevados afuera del anfiteatro, los visitantes podrán entrar en las "entrañas" del Coliseo.
UNA MARAVILLA EN MAL ESTADO
El Coliseo, que fue visitado por unos 4,5 millones de personas en los primeros ocho meses de 2010, se encuentra en un estado lamentable y antes de la reapertura de las nuevas áreas, sólo el 35 por ciento del monumento era accesible para los visitantes.
A principios de este año, luego de que cayeran trozos de argamasa, se reavivó el debate sobre la seguridad de los visitantes en el monumento y, en general, el estado de los tesoros arqueológicos de Italia.
El pasado mes de julio, el ministerio de Cultura dijo que estaba buscando patrocinadores privados para tratar de cerrar una brecha de 25 millones de euros (32 millones de dólares) en fondos para la restauración y limpieza.