MADRID 30 Jul. (EUROPA PRESS) -
El cineasta austriaco Günter Schwaiger "desmitifica" en su nuevo documental '¿Quién teme al pueblo de Hitler?' la casa natal del líder de la Alemania nazi, situada en el municipio de Braunau am Inn, y advierte de que el auge de la ultraderecha en Europa se debe a que "no se han tratado las preguntas esenciales", lo que ha llevado a que afloren sentimientos del pasado.
"Lo que no se habla se queda dentro y espera el momento adecuado para salir otra vez. Y eso ocurre en las sociedades europeas, ese recuerdo, el racismo, la xenofobia, etc, no ha desaparecido por dejar de hablar del pasado. Europa debe abrir los ojos hacia el pasado y reconocer y entender qué pasó", asegura el realizador en una entrevista con Europa Press.
Schwaiger, que este miércoles ofrecerá un coloquio en los Cinemes Girona (Barcelona) tras el estreno del documental, ha reivindicado la importancia de abordar la memoria histórica para no repetir los actos pasados. "No solo ha resurgido la ultraderecha, también los totalitarismos, y eso pasa porque nunca hemos entendido perfectamente por qué ha pasado algunas cosas de nuestro pasado y por qué nuestros antepasados han apoyado a ciertos regímenes", ha afirmado.
"No hemos aprendido a preguntar y eso pasa en muchos países. Las historias no se repiten por sí solas, simplemente es que las cosas no han cambiado, solo las superficies. Tenemos que cuestionar cómo se estructura el poder, cómo se estructura la manipulación del poder, quién es más fácil que llegue eso, en qué situaciones...El mundo no ha cambiado, la desigualdad sigue y las razones son parecidas, por eso se repiten las cosas", ha reconocido.
En este sentido, Schwaiger añade que no ve un futuro "negro" europeo a largo plazo, aunque sí a corto. "Hay que despertar. Los resultados están siendo y van a ser muy delicados. Estamos a punto de guerras grandes otra vez. Todo eso nos tiene que despertar y no podemos quedarnos con los brazos cruzados. Cada uno tiene una responsabilidad", asegura.
El realizador invita en el documental a reflexionar sobre las historias familiares de todos los países implicados en el nazismo. "Sabemos muchas cosas a través de los libros, pero no conocemos nuestra propia historia porque tenemos miedo a hacerlo", ha afirmado.
EL SILENCIO EN TORNO A HITLER
En '¿Quién teme al pueblo de Hitler?', el cineasta acude hasta la casa natal del líder para abordar la "herida de conciencia" que tiene Austria para reconocer "su implicación en los crímenes del nazismo". "Nos persigue la idea de que la mayoría del país, apoyó a Hitler directa o indirectamente, pero también nos persigue el silencio porque muchas familias no saben qué hicieron sus abuelos", ha explicado.
Así pues, el documental arranca con un cuestionario entre los ciudadanos de Braunau am Inn acerca de los austriacos más celebres de la historia, sin llegar a recordar los inicios de Hitler. "Austria es un país reprimido, no sabíamos nada de nada, nada de los crímenes, y todos éramos más o menos inocentes. Y esa pregunta siempre me ha seguido preocupando, porque intuyes que se ha construido una mentira intencional", confiesa.
La trama se centra en el uso que desde las instituciones se pretende dar a la casa de Hitler, que el gobierno austriaco expropió el domicilio en 2016 por considerarla "peligrosa" ante la posibilidad de atraer la visita no deseada de fieles del "Führer", como se expone en el documental.
En un principio, la casa iba a ser el nuevo hogar de una asociación de personas discapacitadas, lo que atrajo a Schwaiger a rodar una película sobre la transformación del edificio. Sin embargo, el Ministerio del Interior cambió de parecer y se decantó por ceder el domicilio para la policía austríaca, una decisión que cumplía el deseo de Hitler. "Encontramos un documento que creó un revuelo enorme porque que Hitler en 1938 declara que le gustaría que su casa natal fuese destinada a "un uso administrativo del partido".
"Yo pensaba que Austria había cambiado mucho cuando lo dejé para irme a Italia y España, y por fin se atrevía a ser moderna y avanzada. Pero cuando comencé a grabar, me choco con esa decisión de ceder el sitio a los descendientes simbólicos de las personas implicadas en el terror", ha recordado.
En este punto, el cineasta descubrió que la sociedad austríaca sí que estaba preparada para mirar a los ojos a su pasado, pero no desde las instituciones. "Lo que hace el gobierno cerrando la posibilidad de abrir las puertas al público es mostrar una desconfianza, que la sociedad no tiene porque sí se aleja del nazismo y tiene clara la implicación de Austria", afirma.
"Me sorprendió mucho las trabas que me pusieron para rodar la película. Cuando empecé a buscar financiación, me di cuenta de la dificultad de este proyecto. Me encontré con una resistencia fuerte. Cuando ya estábamos rodando, nos dimos cuenta que en vez de apoyarnos, nos ponían más trabas continuamente", ha confesado.
En la actualidad, aún no se ha creado la comisaría en ese edificio y se han ido posponiendo las obras desde 2022. "Creo que están esperando a las elecciones de septiembre, donde si la ultraderecha es el partido más votado, puede que la situación sea un terremoto", indica.