Presenta en Madrid una muestra que aúna una serie de retratos y la película en la que refleja las siete muertes de María Callas
MADRID, 15 Feb. (EUROPA PRESS) -
La artista Marina Abramovic (Belgrado, 1946), Premio Princesa de Asturias de las Artes 2021, ha subrayado la "soledad" que ha acompañado su carrera, si bien ha reconocido que ve en la generación más joven su "apoyo", frente a aquellos de su generación que "no existen a su alrededor".
"No tuve la suerte de tener una persona que pronosticará mi carrera para apoyar mi trabajo", ha lamentado la artista sobre sus inicios en una conversación con la historiadora del arte Carmen Huerta en la presentación de la exposición 'Portrait as biography', que la artista serbia firma en Bernal Espacio, en la Nave Sánchez-Ubiría, en Madrid.
Abramovic ha apuntado, no obstante, que a lo largo de los años ha desarrollado una "conexión" con la juventud, que se debe, en gran parte, a la admiración que ella misma siente por los jóvenes y sus "espíritus", así como por los "consejos" que puede darles como artista. "Es una especie de intercambio", ha indicado, al tiempo que ha señalado que ha disfrutado de poder trabajar con creadores más jóvenes que le dan un punto de vista "diferente" respecto a su obra.
Así, ha aplaudido que esta generación haya "conectado con su trabajo", un trabajo en el que "todo lo que ven es real". "Mi dolor es real, mi sufrimiento es real, mi felicidad es real, el humor es real", ha enumerado en referencia a las diferentes emociones que ha expuesto en sus tantas performance.
La artista serbia ha reivindicado así la verdad por la que ha apostado a lo largo de su carrera: "No tengo secretos, utilizo mi vida para trabajar. Todo lo que pasa en mi vida lo reciclo y lo convierto en trabajo".
"Mi biografía puede ser la biografía de cualquier otra persona, porque puedes proyectar tu propio sufrimiento, tus propios problemas en mí. Y entonces, si yo puedo sobrevivir, tú también puedes hacerlo. Así, sirvo de material de inspiración a la juventud", ha agregado al respecto.
RETRATOS Y LAS SIETE MUERTES DE CALLAS
Precisamente, la exposición que ha presentado este martes en Madrid, la primera individual de la creadora en la capital desde hace una década --podrá verse desde el 16 de febrero al 19 de marzo--, teje una especie de biografía sobre su obra a través de un conjunto de once retratos de la artista realizados entre 1973 y 2019.
Desde su imagen en un camino de nieve del que finalmente desaparece, hasta su figura desnuda flotando en "libertad" en aguas brasileñas, a su cuello portando un pulpo vivo o sus brazos sujetando un cordero en medio de las montañas --en una representación de su "reconexión" con la naturaleza tras su performance 'The Art is Present' en el MoMa (2010)--, componen las fotografías que se pueden ver en la muestra.
Asimismo, la exhibición acoge también una cinta de alrededor de una hora en la que Abramovic refleja siete formas distintas de morir con siete solos de la soprano de origen griego Maria Callas como banda sonora. Con el título de 'Seven Deaths', esta experiencia fílmica responde a la "fuerte fascinación" que la creadora sintió por la cantante desde su adolescencia cuando la escuchó en la radio.
"Tenía 14 años y mi abuela ponía la radio (...) cuando escuché esa voz me levanté y lloré en medio de la cocina", ha relatado sobre la primera vez que pudo escuchar a la soprano, de quien ha lamentado que muriese con el "corazón roto".
Maria Callas supuso para Abramovic una fuente de "inspiración" que la ha llevado a un planteamiento de su trabajo en el que tiene que actuar "asegurándose de que parte del cerebro está bajo control y la otra libre y pérdida", ha dicho citando a la soprano.
Por otro lado, la exposición se sitúa en este caso en una pequeña galería, lo que ha recordado a la artista del performance sus inicios, en los que los museos "tenían miedo" de creadores como ella.
SI HUBIERA LEÍDO LAS CRÍTICAS CUANDO EMPECÉ....
Y es que, cuando comenzó su carrera, en los años 70, no podría haber imaginado convertirse en la artista reconocida que es en la actualidad ya que entonces un tipo de arte como el suyo no era "aceptable". "Si hubiera leído las críticas cuando empecé mi trabajo, no saldría de casa. Todo era tan terrible", ha recordado.
Si bien ahora se ve con otros ojos, ha señalado a las dificultades por las que pasa su forma de expresión en momentos de crisis económicas como la actual, cuando el arte físico copa el mercado frente al declive de las performance.