MADRID, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Museo Nacional del Prado ha recuperado la totalidad de su espacio expositivo para el visitante después de año y medio con limitaciones por las restricciones debidas a la pandemia de coronavirus, reabriendo las salas del edificio Villanueva.
Con casi un millón de visitantes desde que comenzó 2021 y una media mensual superior a los 100.000 desde el mes de julio, el Museo Nacional del Prado ha ido recuperando paulatinamente el espacio expositivo de la colección permanente.
Desde este sábado 4 de diciembre podrán visitarse el Tesoro del Delfín y los bodegones de Clara Peeters, junto a obras fundamentales de Rubens, Jan Brueghel y David Teniers, entre otros artistas, además de pintores representativos de la escuela holandesa como Salomon de Bray y Gabril Metsu.
Con la incorporación de estos más de 900 metros cuadrados al recorrido de la visita, el espacio expositivo alcanza ya los 14.765 metros cuadrados, que se verán incrementados hasta los casi 15.500 metros cuadrados cuando finalice la rehabilitación arquitectónica de algunas de las salas del ala norte de la primera planta.
"Con la relajación de las restricciones frente a la COVID-19, el Museo Nacional del Prado ha ido recuperando de manera progresiva el espacio expositivo habitual", han señalado desde la pinacoteca.
El espacio recuperado que se podrá visitar está en la segunda planta norte del edificio Villanueva, con la gran vitrina curva continua que contiene el Tesoro del Delfín y las salas 76 a 84 dedicadas a las colecciones de pintura flamenca y holandesa del siglo XVII.
"Se consigue así un incremento de la oferta museográfica, presentando más obras de arte en exposición permanente y más espacios arquitectónicos de alto valor patrimonial, así como plantear un nuevo recorrido de visita, más completo, versátil y accesible a todos los públicos", han señalado.
Destaca el espacio para el Tesoro del Delfín, en la sala 79 B. Esta colección, que llegó al Museo del Prado en 1839, se expone ahora en su totalidad en el Toro Norte, situado en el cuerpo central de la planta segunda del cuerpo Norte o de Goya del edificio Villanueva.
Se trata de un espacio circular en el que se ha instalado una vitrina curva continua de 40 metros de longitud que cuenta con los máximos requerimientos técnicos de conservación e incluye soportes y sistemas de iluminación diseñados específicamente para cada una de las piezas teniendo en cuenta sus formas y materiales. Este montaje ofrece la visión más completa del Tesoro desde hace más de 200 años.
De las 169 obras de esa época se conservan 144, que se han reunido en esta exposición permanente: 120 (una de las cuales se compone de 13 camafeos sueltos) estaban ya expuestas en el museo, diez más son las que componen el juego de café de laca identificado en el Museo de América, y otras 14 forman parte del juego de utensilios para preparar piezas de caza que estaba depositado en el Museo Arqueológico Nacional.