MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
El escritor Fernando Aramburu, que vuelve a las librerías con la recopilación de cuentos 'Hombre caído' (Tusquets), ha explicado que en este nuevo libro se ha alejado de los relatos relacionados con su tierra natal, País Vasco, porque su vida no se limita a la "evocación" de esta ni de todas las cosas "desagradables y violetas" que han ocurrido allí.
"Mi vida no se limita simplemente a la evocación de mi tierra natal y a muchas cosas desagradables y violentas que allí ocurrieron. Hay un tema general que está siempre presente en todo lo que hago, que es dilucidar el funcionamiento del ser humano, ¿cómo funciona el ser humano? No es raro que sitúe historias en lugares que no tienen nada que ver con el País Vasco, en este caso es así. Si no fuera así, los cuentos que transcurren en mi tierra natal irían a otro tipo de libros", ha explicado Aramburu en un encuentro con los medios haciendo referencia a la serie 'Gentes vascas', volúmenes en los que recoge la historia reciente del pueblo vasco.
En ese sentido, ha explicado que no quiere tocar "la misma música" aunque sí reconoce que sus obras como 'Patria', 'Los peces de la amargura' y 'Años lentos' son las que le han dado a conocer.
"Toco diversos palos y no siempre escribo sobre el País Vasco. Uno tiene una pequeña ambición creativa y no quiere tocar la misma música siempre. Lo que ocurre, ya lo reconozco, es que mis libros sobre el País Vasco son los que me han dado a conocer, pero ni siquiera son la mitad de lo que yo he escrito", ha precisado.
En 'Hombre caído', que se publica este miércoles 5 de febrero, el escritor vasco reúne 14 relatos que ha seleccionado por su "calidad" y de los que se sirve para expresar "aspectos crueles" de la existencia humana". "Los cuentos tienen en común un asunto que me ha preocupado toda la vida: esta dificultad del ser humano para establecer relaciones armónicas duraderas", ha añadido.
Desde una mujer que deja de cuidar a sus padres enfermos para fotografiar ardillas en el parque, un joven que asegura a su hermano que le ha vengado de la paliza que le dieron o un hombre caído al que no pueden ayudar los transeúntes, Aramburu pasa por encima de los cuentos con un humor negro que, ha asegurado, es una faceta muy presente en su vida porque se crió con un padre que "disfrutaba haciendo reír a los demás".
"El tipo de humor al que soy adicto no es el que simplemente persigue hacer pasar un buen rato, sino el que surge combinado con facetas negras, dolorosas, dramáticas, fúnebres de la vida humana. Y además procuro que no sea demasiado explícito", ha detallado.
"NO ME APETECE RELACIONARME OPINATIVAMENTE CON LA ACTUALIDAD"
El autor, que hasta el pasado noviembre escribía una columna de opinión en el diario El País, ha revelado que dejó de hacerlo --bajo la premisa de que sus opiniones se asemejaban "cada vez más a un paraguas abierto en medio del huracán"-- porque hay personas "mejor formadas" para atender e informar sobre ese huracán metafórico.
Además de su "nula formación periodística", Aramburu ha explicado que no le apetece relacionarse "opinativamente" con la actualidad porque no sirve para tener una opinión "sobre todo".
"Me pareció que debía seguir asociando la escritura con la honestidad. Es algo que yo necesito en la escritura. Fuera soy tan canalla como cualquier otro, suelto mentiras y hago trampas. Pero no en ese espacio que yo llamo la escritura, ahí necesito ser auténtico (...) No tengo esa agilidad que tienen los periodistas para tomar rápidamente notas y luego contarlo, escribirlo. Yo componía artículos, hacía sonetos más o menos en prosa. Y por último, no me apetece relacionarme opinativamente con la actualidad. Tener una opinión sobre todo, no sirvo para eso", ha concluido.