Elliott analiza las semejanzas y diferencias entre España y Gran Bretaña en la colonización de América en su nuevo libro

Actualizado: jueves, 19 octubre 2006 18:27

MADRID, 19 Oct. (EUROPA PRESS) -

El historiador John H.Elliott aseguró a Europa Press que Iberoamérica es todavía una civilización en busca de su "identidad" probando "fórmulas para conseguir la estabilidad" y denuncia el intervencionismo "simplista" de algunos países "que imponen sus propias soluciones a unas sociedades que no entienden". "Hay que poner estos imperios dentro de su contexto histórico", señaló el autor, que presenta estos días en España su último libro 'Imperios del mundo Atlántico' (Taurus).

En esta obra de casi 800 páginas dividida en tres grandes bloques cronológicos (la ocupación, la consolidación y la emancipación), Elliott analiza las similitudes y diferencias entre el imperio británico y el español en la Colonización de las América. "Nunca ha habido una comparación sistemática de ambos Imperios", argumentó este autor, que con este libro pretende demostrar que la historia de un país nunca es "excepcional".

Con el análisis de estas semejanzas y diferencias, Elliott asegura se perciben mejor las características de cada imperio y resalta entre las diferencias, la política de segregación que realizaron los ingleses con los indios no habiendo casi matrimonios ni cohabitación entre ellos.

POSICIÓN "PATERNALISTA" DE LOS ESPAÑOLES

Sin embargo, en las colonias españolas se vivió un sentido de "integración" de la población indígena que facilito la entrada de los indígenas en el mundo europeo. Esta posición "paternalista" de la corona española respecto al Nuevo Mundo fue en gran medida provocada por la religión católica y el papel de los evangelizadores.

No obstante, Elliott señala "errores de bulto" en la colonización española como fueron la destrucción y explotación de las islas del Caribe y el desastre demográfico que se produjo por el contagio a los indígenas de las enfermedades de los europeos. "Hubo una catástrofe demográfica que puede cifrarse en un descenso de un 90 por ciento de la población en los cien años siguientes a la llegada", declaró.

Asimismo, las primeras décadas de la ocupación española de América fueron de claro saqueo económico, saqueo que llevó implícito el descoyuntamiento de los sistemas económicos indígena.

Por ello, en este nuevo trabajo de J. H. Elliott analiza minuciosamente las cuestiones sociales, económicas, políticas y culturales, entretejiendo constantemente las historias de las dos Américas en una amena narración apoyada en un lenguaje que no renuncia a un tono desenfadado.

"Este es un libro académico pero siempre he buscado la accesibilidad para los lectores y que puedan entender los problemas que plantea este libro", explicó este hispanista autor de obras emblemáticas como 'La España imperial', 'El Viejo Mundo y el Nuevo', 'El Conde-Duque de Olivares' o 'El mundo de los validos'.

SEMEJANZAS

Entre las coincidencias, Elliott apunta la justificación que dan a su ocupación del Nuevo Mundo ambos imperios. Las dos ven su misión como providencial, con la meta de llevar a los indígenas al cristianismo y la civilización. Otra semejanza importante es que tanto la España como la Gran Bretaña del siglo XVI ya tenían experiencia colonial en sus propios países: la Reconquista en el caso español y la expansión por Gales, Escocia e Irlanda en el caso inglés

Con todo ello, Elliott considera la conquista de las Américas como una "empresa increíble" y destacó que los españoles fueron los pioneros en gobernar y cristianizar un mundo desconocido. Fue el principio de la colonización occidental y lo hicieron con mucha creatividad", señaló el autor.

En esta misma línea, resaltó el "impresionante control" de los españoles en sus colonias y recordó que muchos territorios fueron leales al rey de España hasta el final. "Los indígenas veían a la corona española como su gran protector".

Gran Bretaña, por su parte, practicó una suerte de 'laissez faire' en sus colonias, lo que favoreció el ejercicio de un poder político autónomo, cuyo elemento más evidente fueron las asambleas representativas.

DESINTEGRACIÓN

Preguntado por las causas de desintegración de ambos imperios, Elliot señala, en el caso español, la Guerra de la Independencia contra el poder napoleónico y el vacío de poder que esta lucha provocó en nuestro país, como una de las causas principales del hundimiento del Imperio español.

No obstante, la debilidad imperial británica, que le hizo obtener menos riqueza de las sociedades coloniales en comparación con la corona española, redundó en el fortalecimiento de esas mismas sociedades, que se abrieron camino por sí solas, lo que impregnaría el futuro carácter de la nueva nación norteamericana.

En esta fase final de los imperios español y británico se aprecian importantes diferencias. Las crisis respectivas fueron de signos opuestos y en el caso británico, fue el ejercicio del poder el que llevó a la revuelta.

Asimismo, las colonias inglesas, que se habían caracterizado por sus diferencias entre sí, se unen y constituyen una nueva república; las españolas, que habían sido parte de un imperio fuertemente centralizado, se separan en el momento de adquirir su independencia.