El escritor, quien presenta su poesía reunida, no está satisfecho con la adaptación de su novela de Jaime Chávarri: "Se han hecho mejores"
MADRID, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
El escritor Fernando Aramburu, quien ha presentado su poesía reunida en la obra 'Sinfonía corporal' (Tusquets), ha señalado este lunes que el manifiesto firmado los días previos al Festival de San Sebastián relativo al documental de Josu Ternura, filmado por Jordi Évole, no era "cancelación" y, de hecho, esa obra le "parece bien".
"Yo firmé un manifiesto, pero no contra el documental, sino contra sus connotaciones: la presentación en un evento de nivel internacional como es el Festival de San Sebastián sin anteponerle una base moral o un suelo", ha explicado Aramburu durante la presentación de la obra.
No obstante, ha recordado que matizó el manifiesto porque observó que "enseguida se iban a usar unos términos" que no coincidían con su actitud. "Había un ingrediente subjetivo, que es el de que vi quiénes firmaban y entre ellas había víctimas del terrorismo: reconozco que tengo una empatía muy grande que está incluso por encima de mis convicciones cuando veo que en algo intervienen víctimas del terrorismo", ha admitido.
Aramburu ha explicado que el manifiesto no trataba de "cancelar nada, porque no se usa la palabra 'cancelar' en ningún momento", sino que criticaba el hecho de que se mostrara "inaugurando un espacio en la ciudad donde más víctimas mortales ha producido el terrorismo": "Eso no me ha parecido humanamente bien, pero que exista el documental a mí sí me parece bien, hay que distinguir un poco", ha apuntado.
"Por otro lado, yo no he redactado el manifiesto y me pareció que tenía que matizar. De todas formas, hemos sufrido mucho y cuando se dice que es doloroso incluso para el productor... ¿Me podrías explicar ese dolor? Y, sobre todo, ¿cuál es la actitud que mantenemos frente a esas personas que de verdad han sufrido? No soy ningún aficionado a los manifiestos, pero a veces cuando a uno le piden algo y se lo piden personas a los que uno está vinculado emocionalmente, pues sí. Todo el debate y la polémica restante forma parte del ruido colectivo en el que en este país vivimos a todas horas", ha lamentado.
Por otra parte, al ser preguntado por la reciente adaptación al cine de su novela 'La manzana de oro' por parte de Jaime Chávarri, el autor no se ha mostrado satisfecho con el resultado. "Se han hecho otras adaptaciones mejores de mis novelas", ha comentado con humor, recordando en cualquier caso que él nunca participa en estos proyectos. "No intervine y di libertad absoluta como siempre, nunca me entrometo: si el trabajo está bien hecho, me favorece y, si no, me distancio", ha defendido.
"ME GUSTARÍA QUE MI ÚLTIMA PALABRA FUERA POÉTICA"
Respecto a su labor como poeta, que en los últimos años ha dejado apartada en favor del novelista, Aramburu ha reconocido que no le importaría que su "último proyecto en vida" tuviera que ver con la poesía. "Me gustaría que mi última palabra fuera poética, con versos de agradecimiento a las cosas bellas de mi vida. Un testamento personal escrito con serenidad y estoicismo", ha apuntado.
Aramburu ha reconocido que en su transición a novelista dedicó "un año entero a la despoetización". "La poesía empezó a ser una atadura, me aterraban las rimas o la repetición de palabras en distintas frases. Tardé en darme cuenta de que no he dejado nunca la poesía y ahora cada día leo antes de dormir dos o tres poemas", ha señalado el autor de 'Patria'.
Preguntado sobre las diferencias entre la poesía y la ficción literaria, ha asegurado que con los poemas él está "entero y verdadero". "Mi poesía es muy física, canta al amor físico, el erotismo, el derrumbe corporal, la decrepitud o la muerte. La novela en cambio son asuntos de interés con una pequeña verdad personal", ha concluido.