El escritor considera que Llosa no es machista pero pide "comprender" sus circunstancias familiares para entender ciertos comportamientos
MADRID, 21 Mar. (EUROPA PRESS) -
El escritor peruano Jaime Bayly publica este miércoles 22 de marzo su nueva novela 'Los genios' (Galaxia Gutenberg), sobre el origen de la amistad entre Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez en 1967 y la ruptura de la mimsa en 1976, tras propinar un puñetazo el primero al segundo en un teatro de Ciudad de México.
"Es una manera de recuperar a dos genios inmortales. No es un libro de historia pero parte de hechos reales", ha asegurado el escritor en un acto en Madrid, en el que ha aclarado que la novela está escrita desde la "admiración" a ambos escritores --con los que se inició el 'boom' literario de Latinoamérica-- pero no desde la "reverencia".
Bayly ha reconocido que su nueva novela es el libro que más ha tramado y es que esta idea surgió hace más de 30 años, cuando coincidió con uno de los hijos de Vargas Llosa en 1982, quien apareció con un ojo morado tras una riña con su padre.
"En ese momento me di cuenta que Mario Vargas Llosa es un genio volcánico, cuando expulsa lava, quema, igual que sus libros. Claro está que los genios no siempre se portan de una manera genial, en el ámbito privado hacen cosas que no son geniales", ha afirmado.
Este percance le recordó a Bayly que en 1976, Vargas Llosa también propinó un puñetazo a García Márquez, a quien antes de golpear le dijo que le pegaba por lo que le había hecho a su mujer, Patricia Llosa. "Esta es la gran pregunta que da origen a la novela", ha confesado, ya que, como ha recordado, aún se desconocen las causas de esta riña.
"Yo he tratado de armar el rompecabezas desde que conocí a Mario Vargas Llosa y desde que conocí a García Márquez. Vargas llosa y sus hijos no me dijeron qué pasó concretamente y cuando pregunte a 'Gabo' me dijo que Mario se peleó con él y no él con Mario. Entonces, este libro solo recoge testimonios de ambos círculos", ha explicado.
Al respecto, Bayly también ha añadido algunas partes de ficción para "enriquecer" la historia. "Me hubiera encantado que esa amistad hubiera sido capaz de sortear esa prueba de fuego", ha indicado. Sin embargo, como ha deslizado, la amistad entre ambos escritores no se retomó aunque, según Bayly, García Márquez en sus últimos años de vida quiso un acercamiento que nunca se produjo. No obstante ha apostillado que ambos seguían sabiendo el uno del otro desde la distancia.
"Nadie grabó ese puñetazo ni fotografió aquel momento. No hay pruebas", ha lamentado Bayly, que ha añadido que en el círculo de Mario Vargas Llosa le ha sido más difícil recoger testimonios. "García Márquez era más humorístico y musical, era un genio intuitivo, mientras que Vargas Llosa era más intelectual y disciplinado", ha comentado.
A pesar de estas diferencias, la amistad entre ambos se tejió tanto que pasaron mucho tiempo juntos al inicio de la década de los 70. No obstante, la amistad comenzó a resentirse por diferencias ideológicas, aunque estas no serían el detonante del puñetazo.
¿MACHISTA VARGAS LLOSA?
Preguntado sobre si el escritor peruano es machista, Bayly ha asegurado que le consta que este "adora" a las mujeres pero ha recalcado que hay que "comprender" su historia familiar y personal.
"Eran otros tiempos, no creo que lo sea, pero creo que hay que comprender sus circunstancias familiares, con un padre muy violento que lo mete en un colegio militar para que no fuera tan delicado, y sus circunstancias personales para entender por qué a veces sucumbía a la tentación de pegar puñetazos", ha contestado.
Además, Bayly ha considerado que ahora es buen momento para publicar este libro porque antes era muy amigo de Vargas Llosa. "Seguramente eso no me hubiera animado a hacerlo. Desde que me he distanciado de ellos me he sentido liberado", ha confesado.
Por otro lado, cree que la familia Vargas Llosa aún no ha leído la novela, algo que le "encantaría", pero le consta que el Premio Nobel de Literatura comentó durante una entrevista que el libro "era un montón de mentiras".
"Es una observación irrefutable. Las novelas siempre son un montón de mentiras. La clave es que las mentiras sean creíbles. No son mentiras que me haya inventado de manera caprichosa, todo parte de unos hechos reales pero los diálogos me los he inventado, igual que las circunstancias íntimas", ha apostillado.