MADRID, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Premio Cervantes de este año, Luis Mateo Díez, ha asegurado en el día previo a recoger el galardón estar en un momento en el que aspira "a la nada", tras un reconocimiento que es un "límite", y sentir que ahora escribe "mejor" que antes pero es algo que le cuesta "mucho más".
En un encuentro con los medios de comunicación antes de la ceremonia que tendrá lugar como es tradicional este martes 23 en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, Díez ha repasado su trayectoria literaria al tiempo que ha detallado cómo se encuentra en los momentos previos a recibir este galardón.
"Es un límite a lo que podía aspirar como escritor y es algo que asumo con satisfacción y orgullo. No voy a ser modesto, porque no es bueno tener la autoestima baja", ha comentado el único autor galardonado dos veces con el Premio Nacional de Narrativa, para quien está resultando difícil llegar "a edades complicadas".
A sus 82 años, Díez ha afirmado que estas alturas de la vida son "complicadas" porque siente cómo "pesa el cuerpo y la vida es incómoda". En cualquier caso, ha defendido que siente que ahora escribe "mejor" y es un autor más prolífico que en sus inicios, "de obra lenta".
El creador del territorio imaginario de Celama reconoce estar "un poco intranquilo" antes de la ceremonia y no ha desvelado mucho de su intervención mañana para "mantener la tradición del secreto". En cualquier caso, sí ha avanzado que el discurso girará en torno a su procedencia como escritor.
"¿De dónde vengo? ¿Qué pintas aquí? Y qué veo de cara al porvenir, pero ahí no entro mucho, porque el pasado está arrumbado y el presente no existe, al estar invadido por el futuro", ha lamentado, para después avanzar entre risas que ya se ha probado el chaqué y no le sienta "mal". "Me veo bien en el espejo", ha comentado con humor.
Díez ha alabado también al cine, destacando la unión entre la gran pantalla y el ámbito literario. "No sería el escritor que soy sin ser el espectador que he sido", ha reconocido, para luego destacar también otros referentes de la literatura -García Márquez, Faulkner u Onetti- con uno por encima de ellos.
"Juan Eduardo Zúñiga ha sido un escritor que ha estado en el límite de la cercanía y ha sido uno de mis grandes maestros: no se puede ser tan grande y no haber tenido el reconocimiento que debía, a la medida de su grandeza", ha apuntado, para después explicar que de alguna manera Zúñiga ha sido "un desaparecido" y ello ha sido debido a su "discreción".
El autor ha desvelado algunas de sus 'manías' literarias, como es la de sentirse "incapaz" de escribir si no tiene ya el título de la obra. También se le ocurren en ocasiones la última frase de la novela cuando está todavía en construcción. Y, por el contrario, ha afirmado ser un escritor inmune al ruido -"hubo un tiempo en que escribía en las tabernas con mucho movimiento", ha asegurado-.
Asimismo, ha hablado sobre el futuro de una época que reconoce incierta, con una "sensación de exceso de realidad" de la que solo se puede salir con "el refugio de los libros". "Y también hay otro exceso, el de la actualidad, que es algo con lo que toca lidiar con cierta actitud. Toca cuidarse", ha concluido.