MADRID, 20 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Caja de las Letras ha recibido el legado 'in memoriam' de Luis Cernuda (Sevilla, 1902 - Ciudad de México, 1963), compuesto por una selección de páginas preservadas de su biblioteca personal, cedidas por su familia; cinco ediciones de sus obras; y el homenaje de una veintena de poetas: la transcripción a mano, por cada uno de ellos, de un poema del integrante de la Generación del 27.
El legado de Luis Cernuda, celebrado con motivo del 60 aniversario de su muerte, ha pasado a formar parte la cámara acorazada del Instituto Cervantes donde ya están recordados algunos poetas de su generación como Pedro Salinas, Federico García Lorca, Gerardo Diego o Rafael Alberti.
Como muestra de su obra, el depósito ha incluido un ejemplar dedicado por el propio Cernuda de sus poemas en prosa, 'Ocnos' (1949), y cuatro ediciones del poemario 'La realidad y el deseo': una primera recopilación publicada en Madrid en 1936, con sus primeros poemas; y tres ediciones siguientes, datadas en 1958 y 1962 en México, y en 1965 en Cuba.
Asimismo, el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ha explicado el proyecto por el que el Instituto Cervantes solicitó a algunos poetas que escogiesen una pieza de Cernuda y la escribieran a mano, "para dar cuenta de una herencia que pasa de vida en vida y de mano en mano".
Esta antología manuscrita se compone con los versos escritos por una veintena de auotres, entre ellos, los latinoamericanos Darío Jaramillo, Piedad Bonnett o Marisa Martínez Pérsico; y los españoles, Luis Antonio de Villena y Ariadna G. García (participantes en el acto); además de otros como Jaime Siles, Ada Salas, Abelardo Linares o Antonio Rivero Taravillo, su biógrafo.
Ángel Yanguas, sobrino nieto del homenajeado, ha explicado el contenido del legado familiar, cedido a perpetuidad a la Biblioteca Patrimonial del Instituto Cervantes. Este particular depósito fue una selección de páginas ilustradas, provenientes de la biblioteca personal de Cernuda, "la más valiosa de sus pertenencias".
En alguna de las ausencias del poeta, en torno a 1935, su hermana Amparo que vivía con él, recortó concienzudamente todas las páginas con imágenes de los libros que contenían ilustraciones, entre ellos publicaciones españolas y extranjeras del XVIII y del XIX, lo que supuso un enfado del poeta.