MADRID, 7 May. (EUROPA PRESS) -
Rosa Montero retrata el mundo moderno en el que vivimos, en el que tienen cabida la soledad, la incomunicación, la prostitución, el terrorismo y que "a veces nos aplasta" en su última novela, 'Instrucciones para salvar el mundo' (Alfaguara). La novelista y periodista lo hace con una mirada conmovedora pero humorística, tono que revela el propio título porque "no se puede salvar el mundo y menos dar instrucciones para ello".
"Vivimos con la sensación de estar al borde del apocalipsis, con un vago sentimiento catastrófico. Cuando no son las vacas locas, es la gripe aviar y sino la crisis climática. Todo el rato pasan cosas espantosas hasta el punto que parece que esto se va a acabar. A veces te dan ganas de decir que paren el mundo un momento", reconoció la autora a Europa Press hoy en Madrid.
La novelista pretende que 'Instrucciones para salvar el mundo' sea una fábula contemporánea del "mundo caótico en el que vivimos todos y en el que a veces tenemos la sensación de que nos aplasta por todas las circunstancias críticas que gravitan sobre nosotros".
Para plasmar este mundo de "presión y opresión" crea un escaparate de supervivientes: Matías, un taxista viudo; Daniel, un médico desencantado; Fatma, una prostituta africana víctima de todo tipo de brutalidades y Cerebro, una científica frustrada.
ESPEJO DE LA SOCIEDAD ACTUAL
La autora, que afirmó que todos son reflejo de la sociedad actual, confesó que el médico le gusta especialmente porque es un personaje muy común en las sociedades postindustriales en las que tenemos las necesidades básicas cubiertas. "Encarna la tentación del fracaso. Está mal aunque no tiene nada de que quejarse. Me parece triste que haya tanta gente que está deshuesada, que no encuentra sentido a la vida y se deja hundir mientras hay otros que pelean. Pero esta tentación es un peligro que está cerca de todos", apuntó.
"La Humanidad se divide entre aquellos que disfrutan metiéndose en la cama por las noches y aquellos a quien les desasosiega irse a dormir". A raíz de la frase que abre la novela, Montero se identifica con los aterrados pero dijo que es precisamente ese ensueño nocturno el que le salva a la hora de crear sus personajes. "La novela es como un sueño que sueñas con los ojos abiertos. Los personajes aparecen en tu cabeza y te van contando la historia", explicó. Sin embargo, confesó que en el fondo son un reflejo de la vida profunda de su creador por lo que reconoció haber "sentido a todos los personajes y serlos todos". "La novela es una autorización de la esquizofrenia", apuntó.
El personaje de Matías sin embargo no es producto de un sueño sino de un viaje nocturno en un taxi. "Hace 10 años un taxista muy callado, tras cruzarnos con un conductor borracho, me dijo que él también bebió mucho cuando murió su mujer. Me dijo cuatro frases pero en ellas encontré una historia tremenda, una perla de sufrimiento y superación profunda", explicó.
En las páginas de 'Instrucciones para salvar el mundo' Montero habla de cosas "muy grandes y graves" como la violencia urbana o el terrorismo islamista desde "la complicidad y con cierto humor". "La vida es esencialmente paradójica. Hay belleza en el horror y horror en la belleza. La vida humana es muy disparatada y conmueve pero también nos podemos reír de ella", señaló quien defiende que el humor ayuda a captar más "la esencia tan disparatada, absurda y conmovedora del ser humano".
"NO SE PUEDE SALVAR EL MUNDO"
Se ríe de este mundo moderno desde el propio título. "No se puede salvar el mundo y menos dar instrucciones. Salvar el mundo es algo muy grande y las instrucciones son siempre muy pequeñas. Si viene alguien diciendo que puede salvarlo mejor salgamos todos corriendo porque los salvadores del mundo son los peores", comentó. Para Montero, en este mundo en el que "no hay respuestas globales y en el que los dioses han muerto", lo único que queda es ser buenas personas. "Serlo ayudará a que tu mundo pequeño se salve y que el de los que tienes a tu alrededor sea un poco mejor", reconoció. Añadió que hay que "aprender a colocar el dolor para que no nos destruya y nunca perder las esperanzas en la fuerza de la supervivencia".
Montero, que reconoció que escribe para buscar el sentido de la existencia, no para enseñar, tiene en mente una futura serie de libros. "Como voy a ser muy mayor, en lugar de irme como los jubilados a Torrevieja voy a ver si me construyo un mundo imaginario. Serán novelas independientes que empezarán y terminarán pero se repetirán los personajes porque quiero construir un mundo imaginario e irme allí a vivir", concluyó.