25 años del Nevermind de Nirvana: el disco que cambió el rumbo de los acontecimientos

NEVERMIND DE NIRVANA
NEVERMIND DE NIRVANA - GEFFEN RECORDS
Actualizado: sábado, 24 septiembre 2016 12:03

MADRID, 24 Sep. (EDIZIONES - David Gallardo) -

   Cuando amaneció la mañana del 24 de septiembre de 1991, en realidad nadie esperaba que pasara algo que hiciera ese día verdaderamente recordable. Kurt Cobain, Krist Novoselic y Dave Grohl tampoco lo esperaban. Ni tan siquiera ellos.

   Y eso que ellos, los tres integrantes de Nirvana, tenían entre manos una docena de canciones destinadas a cambiar el rumbo de la música popular de nuestro tiempo, pertenecientes a 'Nevermind' -su segundo disco después del 'Bleach' de 1989-, que este sábado cumple ya 25 años.

    Pero como sucede con las sublevaciones más iracundas, el factor sorpresa fue determinante. Y gracias al empuje del single 'Smells like teen spirit', con un hipnótico videoclip repetido hasta la saciedad en la entonces influyente MTV, efectivamente, la revolución fue televisada.

   Y es que, con el reventón de 'Nevermind', el rock alternativo se masificó y se convirtió en el único rock posible. Sin más. Nadie lo esperaba y, como muestra, un dato: la discográfica esperaba vender 250.000 copias, pero a día de hoy ya van más de 30 millones.

PROCESO DE GRABACIÓN

   Empecemos la historia por el principio. En 1990, un año después de 'Bleach', el batería Dave Grohl llegó al grupo sustituyendo a Chad Channing. No es este en absoluto un cambio baladí, pues el sonido que el nuevo fichaje imprimió a la base rítmica del grupo fue absolutamente clave.

   Acto seguido, Nirvana abandonó el sello independiente Sub Pop y fichó por DGC Records, filial del gigante Geffen Records. Los músicos se pusieron manos a la obra con un nuevo álbum que durante un tiempo tuvo el título provisional de 'Sheep' (oveja).

   Entre diversos productores escogieron a Butch Vig y se fueron a sus Smart Studios en Madison (Wisconsin, Estados Unidos). Allí tuvieron lugar las primeras sesiones donde todo se fue perfilando en la primavera de 1990, con canciones que cambiaban de títulos y de estructuras pero que ya tenían la esencia que finalmente vería la luz.

   Pasó un año hasta que oficialmente comenzó la grabación de 'Nevermind' en mayo de 1991 en los Sound City Studios de Los Angeles (California) con un presupuesto de 65.000 dólares. Allí se plantaron los músicos con lo previamente trabajado y dos temas nuevos para pulir: 'Smells like teen spirit' y 'Come as you are'.

   Las jornadas eran de entre ocho y diez horas diarias, a pesar de lo cual se necesitaron pocas tomas para tener las buenas. Con la grabación terminada, fue Andy Wallace el encargado de las mezclas, debido a que a Nirvana les gustaba mucho su trabajo previo con Slayer. Así de duros querían sonar.

   Y buena parte de esa dureza llega desde la batería, tal y como el propio Butch Vig ha reconocido este año a Ultimate Guitar: "Yo sencillamente andaba por el estudio pensando 'oh Dios mío, esto suena flipante'. La gente me pregunta cómo conseguí ese sonido en 'Nevermind'... el noventa por ciento es por Dave Grohl. Es por cómo toca. Es tan poderoso".

LANZAMIENTO

   El 24 de septiembre de 1991, las tiendas estadounidenses tenían 46.000 copias, mientras que las británicas contaban con 35.000. Esas eran las previsiones sobre un álbum que, en su primera semana, se quedó en el puesto 144 de la lista Billboard 200. Sin sorpresas, todo según lo previsto hasta ahí.

   Sin embargo, cuando el videoclip de 'Smells like teen spirit' comenzó a rotar en bucle en la MTV, el terremoto aconteció. Las tiendas pedían más copias de 'Nevermind', que trepó hasta el puesto 35 de la lista Billboard en noviembre de 1991, mientras la banda estaba en Europa con una gira que ya no podía atender la demanda de venta de entradas.

   Y con el cambio de año llegó la puntilla cuando el 11 de enero de 1992 'Nevermind' destronó al 'Dangerous' de Michael Jackson de la lista Billboard, que es la que clasifica las ventas de álbumes en Estados Unidos. Nirvana reinaba en el mayor mercado musical del mundo por encima del Rey del Pop. Y ya nada fue igual. Una insurrección en toda regla.

   'Smells like teen spirit' seguía omnipresente mientras toda una generación de jóvenes se afiliaba al movimiento al ritmo de 300.000 copias despachadas por semana en todo el mundo. La rabia de la música y las letras de Kurt Cobain eran el inesperado catalizador para el descontento global inherente a la juventud.

   De repente el grunge sonaba en todas partes, era tendencia musical y estética. Nirvana estaba mandado al asilo prematuramente a las bandas ochenteras de hard rock y arrasando todo a su paso. El pop a duras penas aguantó el arreón durante los años de dictadura. Las discográficas enloquecieron: todo era grunge y todo tenía que ser grunge.

INESPERADA INFLUENCIA MUNDIAL

   Especial atención recibió la icónica portada del álbum, con el bebé Spencer Elden buceando desnudo en una piscina intentando atrapar un billete de dólar agarrado de un anzuelo. Las camisetas con esta imagen afloraban en cualquier rincón, vistiendo a jóvenes que así se sentían uniformados y partícipes de lo que estaba sucediendo.

   Al mismo tiempo, los conciertos de Nirvana se celebraban cada vez en lugares de mayor aforo, en una escalada sin fin que pronto comenzó a influenciar negativamente en Kurt Cobain, que no deseaba soportar el peso de la fama y mucho menos convertirse en un líder (aunque esa es otra historia, que tristemente acabó trágicamente en abril de 1994, con el músico convertido en icono supremo).

   Pero es que las canciones del grupo habían calado tan hondo que ya parecía que llevaban toda la vida ahí, en lo más profundo de todos y cada uno de esos chavales, que se sentían reconocidos en los salvajes cambios de ritmo. Como en sus vidas, los momentos de lúgubre recogimiento daban paso a auténticas andanadas de la rabia más pura.

   Al éxito del álbum contribuyeron también singles de la talla de 'Come as you are', 'In bloom' y 'Lithium', aunque lo cierto es que todo el contenido de 'Nevermind' trasmite un sentimiento de permanente ebullición. Conecta, en definitiva. Porque no hay trucos en esto, al final se trata de ser real. Todos buscamos eso.