El cantante se ha dado un baño de masas en el Wizink Center arropado por Nathy Peluso, Dani Martín, la Fundación Alalá y su propia hija, Alma
MADRID, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
Son las nueve y media de la noche y un Wizink abarrotado ya está en plena ebullición. Alejandro Sanz está ya a punto de salir para mostrar a Madrid su 'Alejandro Sanz en vivo 2023'. Tres minutos más tarde de la hora de inicio prevista, se apagan las luces y la expectación da paso a la euforia y la adrenalina.
Enseguida se proyecta en las cuatro pantallas gigantes que rodean el escenario un vídeo del cantante que ya marca el ritmo del show que está a punto de venir: íntimo, personal y sincero.
"Soy el hijo de María y de Jesús, el de Alcalá y el de Algeciras. Siempre fui introvertido, tenía miedo, estaba ido. No tuve muchos amigos(...). Jugaba en el barrio por no resultar raro. Jugaba en el barrio pero no encajaba bien con los malos que encajaban en el extrarradio", poetiza Sanz durante unas imágenes que muestran planos detalle de su cuerpo desnudo: sus manos, sus tatuajes, su piel y su vulnerabilidad.
Pero rápidamente la emoción se contiene o, mejor dicho, se guarda para más tarde y vuelve la locura. Tras el vídeo, Sanz sale al escenario exultante, enfundado en un traje verde y con gafas de sol. Es entonces cuando llega la primera fiesta con 'No es lo mismo', que el público baila y canta a pleno pulmón.
Tras el primer tema, el público ha asistido a un Sanz más intimista con 'Todo lo que fui es todo lo que soy', durante el que ha dejado ver su semblante serio tras las gafas. Al acabar, todo el Wizink ha coreado su nombre: "Alejandro, Alejandro". Pero de nuevo ha llegado la alegría con 'Deja que te bese', que ha desatado la primera ovación del público, tras hacer especial incisión en el verso "deja que te cuide".
Tras 'El alma al aire', 'Regálame la silla donde te esperé' y 'Hoy llueve, hoy duele', Sanz ha cantado la esperada 'Mi marciana', que el público ha celebrado enérgicamente. Aunque, tras las gafas, el cantante sigue teniendo una mirada algo triste.
Tras la fiesta que se ha producido en la pista durante el último tema, el madrileño se ha dirigido por primera vez el público. Y el público, desatado, desconocía que la sorpresa más especial de la noche estaba a punto de llegar. Tras deshacerse en agradecimientos hacia sus fans, Sanz ha asegurado que en la noche de este jueves tenía entre manos "quizá la misión más importante" de su vida. Es entonces cuando ha subido al escenario su hija Alma, que cumplía años. El 'Cumpleaños feliz' ha sido una canción más del repertorio, aunque esta vez interpretada exclusivamente por el público, muy emocionado. Sanz ha cumplido su "misión".
La pequeña Alma se ha quedado en el escenario en la siguiente canción, 'Mi persona favorita', durante la que ha estado permanentemente abrazada por su padre. Antes de abandonar la escena, Sanz le ha preguntado si quería decir algo al público, a lo que la pequeña ha respondido: "Gracias por querer a mi padre y apoyarlo".
Pero las sorpresas no acababan ahí. Poco después, la cantante Nathy Peluso ha irrumpido en escena entonando 'Quisiera ser', llenando el ambiente de un ritmo apabullante y derrochando complicidad con el protagonista de la noche. Sobre ella, Sanz ha destacado su "talento, profesionalidad y pureza".
Después de 'La fuerza del corazón', 'Siempre es de noche' y 'Cuando nadie me ve', el público se ha sorprendido con una versión de 'Contigo', el conocido tema de Sabina. Pero todos los asistentes lo han cantado como un tema más del 'setlist' de Sanz, que ha desatado un aplauso en la estrofa "No quiero Madrid sin Madrid". En ese momento, las cámaras han enfocado a una joven que lloraba, una sensación que flotaba en el ambiente.
'Looking for paradise' ha sido el siguiente tema, que Sanz ha introducido haciendo referencia a su delicada situación actual. "Estamos a un paso del paraíso, siempre, y ahí es donde vamos a avanzar, hacia ese lado, ¿vale? Gracias por estar aquí".
Después, ha llegado uno de los momentos más esperados de la noche, el 'Corazón partío', que ha cantado junto a los niños de la Fundación Alalá, una entidad del barrio de las Tres Mil Viviendas de Sevilla, una de las zonas más vulnerables de España.
La última sorpresa la ha protagonizado un emocionado Dani Martín, con el tema 'Vivir deprisa'. Tras '¿Y si fuera ella? y '¿Lo ves?', Sanz se ha quedado de pie, frente al público, con la mano en el corazón, y ha finalizado: "Viva la vida, viva la música y viva Madrid".