MADRID, 15 May. (EUROPA PRESS - David Gallardo) -
Se apagan las luces y vuelan los minis de cerveza, que se derraman sobre el público en un frenético ambiente de alegría y alboroto. Y empieza el pogo que no cesa: esa vieja costumbre tan hardcore de golpearse unos a otros sin perder la sonrisa ni, en algunos casos, la galantería.
Y desde el escenario, Bad Religion encadenan himnos uno detrás de otro. El vocalista Greg Graffin, con pinta de cualquier cosa aburrida a mil años luz de vocalista de punk rock, se pasea por el escenario arengando a los 5.000 asistentes que llenan 'el ring' del WiZink Center.
Público entregado de ese sudoroso empapado en cerveza que consigue saltar a pesar de que los pies se quedan literalmente pegados al suelo. Algún teléfono móvil también vuela en el epicentro del frenesí con Fuck you o Recipe for hate.
Viejos clásicos de cuando la música se compartía en preciadas cintas de casete, todos ellos mucho más coreados que los temas del reciente Age of Unreason, su nuevo disco contra Donald Trump, del que sonó ese medio tiempo meloso que es Lose your head que pareciera incluso de otro grupo pero que va bien para tomar aire.
Ricardo Rubio / Europa Press
Pero vuelve la maquinaria con Fuck armageddon... this is hell, Los Angeles is Burning o 21st Century (Digital Boy) antes de la eclosión definitiva con la siempre egregia American Jesus. No hay tiempo para bises, pero sí para rematar la jugada con Infected y la pendenciera Punk rock song.
La actuación de Bad Religion, concisa y directa al grano con una veintena de temas, forma parte, por cierto, del Punk in Drublic Festival, un festín punk itinerante ideado por Fat Mike de NOFX, otra banda californiana que, aunque editara sus primeros ocho discos con el sello Epitaph, fundado por el guitarrista de Bad Religion, Brett Gurewitz, ahora son los cabeza de cartel porque para eso la idea es suya.
Y lo cierto es que fueron capaces de subir un puntito la temperatura del lugar con una actuación de lo más festiva con su fórmula punk rock que bebe también del ska y del reggae. Sus interludios charlatanes entre canciones terminan resultando un tanto dispersos, pero cierto es también que un miembro de la organización tuvo que aparecer en escena para pedir en castellano al público más impetuoso que se tranquilizara un poquito.
Así de desquiciado andaba el ambiente por las primeras filas. Porque la hora que NOFX estuvo sobre las tablas fue un no parar con Les Champs-Élysées, Leave it alone, Radio, Linoleum o el karaoke colectivo definitivo con Kill all the white man como fin de fiesta. Un poco carnaval, pero ciertamente con resultados altamente satisfactorios para la mayoría.
Quizás demasiada tralla para un público de treinta y muchos para arriba que aprovecha esta intensa velada para rememorar no ya los años de gloria de Bad Religion y NOFX, que también, sino sus propios años de juventud arrebatada. Viejos himnos como excusa para rememorar todos juntos repartiendo estopa (literalmente) sin importar que el tiempo de recuperación no sea el de antaño. El ritual está por encima de las consecuencias.
Tras su paso por Madrid, este Punk in Drublic Festival -que cuenta tambien con Lagwagon, Mad Caddies, Less than Jake y The Bombpops- se encamina ahora hacia Barcelona (17 de mayo, Poble Espanyol) y Vitoria (18 de mayo, Iradier Arena). En ambas ciudades ya hay lugareños calentando en la banda ansiosos por saltar al pogo.