MADRID, 11 Ene. (EDIZIONES) -
El líder de Foo Fighters, Dave Grohl, ha vuelto a caerse del escenario durante el primer concierto de la banda en 2019, celebrado este miércoles en The Joint at Hard Rock Hotel de Las Vegas.
Como es habitual, Grohl se pasea por el escenario mientras toca la guitarra y llega hasta uno de los extremos, donde un fan le pasa una lata de cerveza como gesto de camaradería.
El músico la coloca sobre un amplificador y trata de bebérsela así sin manos, pero rápidamente se da cuenta de que eso no tiene sentido, de manera que la agarra y se la bebe de un trago en plan titán.
Quizás sea por eso o solo se trate de una desafortunada pérdida de equilibrio, pero cuando Grohl se gira para volver al centro del escenario, termina cayéndose de espaldas ante el estupor generalizado.
La situación no va a mayores en esta ocasión y queda más como una anécdota que como otra cosa, pero cabe recordar que en 2015 sí tuvo un accidente mucho más serio durante un recital en Gotemburgo (Suecia).
Allí se cayó de un escenario más grande y alto, por lo que el costalazo fue mucho mayor en Suecia, con tan mala fortuna, además, de que se rompió la pierna en la caída.
A pesar de eso, acabó el concierto tirando de pundonor sentado en una silla con la ayuda de un enfermero, y cumplió con la gira tocando sentando sobre un trono que meses después cedió a Axl Rose de Guns n' Roses.
Esta vez, definitivamente, no ha sido para tanto. Una suerte, porque muchas caídas tontas dejan secuelas inesperadasmente chungas. Sea como fuere, el duro golpe de sus huesos contra el frío suelo se lo ha vuelto a llevar el de siempre: Dave Grohl.