MADRID, 14 Ene. (EUROPA PRESS - David Gallardo) -
La cuesta de enero ya no es excusa, pues aunque tras los dispendios de la época navideña lo tradicional era optar por la reclusión y la contención -en muchos casos obligada-, Inverfest vuelve a la carga por quinto año para sacar a los madrileños de sus casas.
La vida cultural de la ciudad no se detiene y eso lo saben Antonio Peña, Álex Graneri y Pablo Rodríguez, los tres co-directores del Inverfest, que plantean a Europa Press que regresan con la intención de poner en la agenda un "ciclo transversal para todos los públicos".
"Después de los Reyes Magos este es el primer ciclo cultural de la ciudad, con propuestas que van desde Ainhoa Arteta a Farruquito, pasando por Rayden o Rodrigo Cuevas o Petit Pop", resume Rodríguez, para aún apostillar: "El año pasado hicimos 23 conciertos con 28.000 asistentes y este año tenemos 50 y esperamos 40.000 personas".
Inverfest arrancó oficialmente este pasado fin de semana, pero aún tiene por delante muchas jornadas hasta el 7 de febrero. Y a los nombres ya mencionados, se suman también los de Second, Morgan, Pedro Guerra, Sr Chinarro, Albert Pla, Carlos Núñez, Gemeliers, Fito Páez, Revólver, Pablo Milanés, Zelada, Dulce Pontes o Marwan, entre otros muchos -información en www.inverfest.com-.
Los tres co-directores se muestran encargados con la programación de este año, pero es Rodríguez quien vuelve a tomar la palabra: "El quinto año es la evolución de todo lo que venimos haciendo. Empezamos en 2015 con cuatro conciertos y este año tenemos cincuenta propuestas, de las cuales 43 son conciertos y luego ya nuevas disciplinas como poesía y cine".
Graneri, por su parte, remarca que su ubicación en el calendario es "uno de los grandes aciertos de Inverfest frente a la muy saturada oferta de verano e incluso primavera y otoño". "Esta propuesta se sale un poco de los períodos habituales y es muy diversa en público y estilos. Y ya no es solo música en directo, apostamos también por cine y poesía porque hay un hueco ahí", señala.
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Aunque en anteriores ediciones el festival contaba con la sede única del Teatro Circo Price -1.800 localidades-, este año los organizadores apuestan por "crecer a lo ancho" abriendo nuevas sedes en la Sala El Sol -350 personas- y el Teatro Barceló -aforo de 900-. A este respecto, Graneri apunta que "la idea de ir a aforos más pequeños es ir captando los siguientes que puedan actuar en el Price" los próximos años.
Peña, por su parte, explica que no pretenden "crecer a lo largo a un festival de dos meses, pero sí a lo ancho, porque dentro del arte y la cultura hay muchas cosas que ofrecer, que pueden estar además relacionadas con la música". "Todavía tenemos capacidad de crecimiento, a lo mejor el año que viene tenemos alguna exposición", avanza.
Tercia entonces Rodríguez para, de paso, diferenciarse de los macrofestivales de gran aforo. Y aunque los califica de "maravillosos", argumenta que esos eventos tienen más que ver con el "place to be" y el ocio. "Eso no es lo mismo que ir a un concierto en un teatro con el artista como único punto de atracción. Aquí cada concierto es importante por sí mismo, es como tener 50 minifestivales", explica.
Defiende Graneri, además, que en Inverfest los artistas se presentan "en las mejores condiciones técnicas posibles" porque no escatiman ni un euro en eso: "Las producciones están muy cuidadas, yo no concibo que un concierto pueda sonar mal, aunque hay gente a la que esto se le olvida a veces".
Precisamente por este empeño en la calidad técnica, subraya Peña que desde hace "un par de años" ya notan que decir Inverfest son "palabras mayores". "En el día a día nos llega la gente que quiere estar aquí con nosotros. Al principio no pasaba", añade, antes de que Graneri apostille: "Hay artistas que te llaman porque quieren formar parte de esto y así se crea una corriente que ayuda".
Para terminar, tras asegurar que ya tienen "cosas cerradas para 2020", los tres reiteran que cualquiera puede encontrar algo a su gusto en Inverfest. "Es un ciclo de invierno en el que quien no encuentre algo que le guste es porque no le interesa la música y no va a conciertos", sentencia Rodríguez.