MADRID 10 Oct. (REUTERS/EP) -
Un tribunal de Moscú liberó el miércoles a una integrante de la banda punk Pussy Riot en la fase de apelación del juicio, pero mantuvo las sentencias de prisión para las otras dos condenadas por una protesta en una catedral contra el presidente Vladimir Putin, quien dijo que tenían la condena que se merecían.
La Corte de la Ciudad de Moscú confirmó las sentencias de dos años de prisión para Nadezhda Tolokonnikova y Maria Alyokhina, pero suspendió la condena contra Yekaterina Samutsevich.
Su abogado dijo al tribunal que Samutsevich no había protagonizado la "protesta punk" cerca del altar en la catedral Cristo el Salvador de Moscú en febrero porque la detuvieron y se la llevaron de allí antes de que sucediera.
En emotivas declaraciones desde la celda instalada en el tribunal durante la audiencia de apelación, las integrantes de la banda dijeron previamente que no tenían la intención de ofender a los fieles con sus acciones pero criticaron a los tribunales y al jefe del Kremlin.
"Putin está haciendo todo para que se desarrolle una guerra civil en este país", dijo Tolokonnikova, elevando la voz para tratar de acallar a un juez que trataba de interrumpirla cuando comenzó a hablar sobre Putin.
Tolokonnikova, de 22 años, Alyokhina, de 24, y Samutsevich, de 30, fueron condenadas a dos años de cárcel en agosto por vandalismo motivado por odio religioso por una "plegaria punk" en la que imploraban a la virgen María a que se deshiciera de Putin.
El caso desató una clamorosa protesta internacional, y los gobiernos occidentales y la estrella del pop Madonna calificaron la sentencia de desproporcionada, un punto de vista no muy compartido en Rusia, donde la opinión pública quedó conmocionada por la protesta.
En una entrevista emitida el domingo, Putin defendió las condenas: "Es correcto que fueran detenidas y fue correcto que el tribunal adoptara esta decisión porque no puedes minar la moral y los valores fundamentales para destruir al país".
En la audiencia de apelación, Tolokonnikova y Alyokhina dijeron al tribunal que su protesta fue puramente política. "No queríamos ofender a los creyentes", dijo Alyokhina, al tribunal. "Fuimos a la catedral a hablar contra la fusión de figuras espirituales y la élite política de nuestro país", añadió. Alyokhina dijo que no esperaba que la apelación tuviera éxito. "He perdido toda la esperanza en nuestros tribunales", declaró.