MADRID, 6 Mar. (EUROPA PRESS - David Gallardo) - No hace ni tres meses que Ramón Melendi (Oviedo, 1979) cerraba la exitosa gira de presentación de Quítate las Gafas con dos grandes conciertos en Barcelona y Madrid en diciembre, y este viernes 9 de marzo regresa con nuevo álbum, Ahora, el noveno de su carrera y que, tal y como reconoce a Europa Press, "llega prematuro", apenas quince meses después del anterior. "En realidad, cuando tengo once canciones en las que creo tiro para un disco y estas las tenía a principios de año. No hay necesidad de esperar. A mi lo que me gusta es lo que hago, hacer canciones y subirme al escenario, que es cuando más disfruto", defiende el asturiano, encantado con su nueva colección de canciones. Ahora estuvo precedido por El arrepentido, un dueto con Carlos Vives cuyo videoclip va rumbo a los 22 millones de visualizaciones: "Tiene un mensaje muy vitalista y optimista. Llamé a Carlos y le encantó la idea. Le mandé una canción y me devolvió otra con puentes, acordeón y todo eso medio vallenato. Me mandó esta fiesta que me encantó". Más allá de este single, Melendi plantea que le ha quedado un "disco variado", aunque puntualiza que en realidad todos los suyos lo son. "Hay tres vertientes, puede ser, con baladas, alguna canción más 'uptempo' y divertida, y luego mis pajas mentales, mis reflexiones vitales que seguramente son las que la gente pasa porque les parecerán un tostón", resume entre risas. Y aunque en las canciones aborda diversos temas con su visión del mundo -"quien escuche el disco me conoce bastante, eso desde luego", afirma-, pareciera que hay cierta preponderancia del amor. Y destaca a este respecto con amplia sonrisa: "He tardado un tiempo en manifestarlo pero en el fondo soy un romántico. Nos pasa a todos, empezamos a ordenar las prioridades cuando llegamos a cierta edad". Ahora cuenta también con la participación de Alejandro Sanz y Arkano en el tema Déjala que baile, algo con lo que Melendi se muestra especialmente ilusionado. "Primero llamé a Arkano, que tiene un discurso genial para los jóvenes. A Alejandro le dije que por favor grabara conmigo. Escuchó el disco y eligió él esa canción", relata. Y aún añade sobre esta colaboración en particular: "Fue rápido, aunque me costó mucho llamar a Alejandro porque cuando admiras mucho a una persona es cuando más cuesta dar ese paso. Pero solo vivimos una vez y yo quería cantar con Alejandro". En Déjala que baile, así como en otros pasajes del disco, se aprecia una evolución en el sonido de Melendi, quien se además de incorporar arreglos de cuerdas, se adentra también en sonidos electrónicos. "El mundo es global, hay que abrirse y estar abierto al cambio", argumenta, para luego rematar: "Soy defensor a ultranza de evolucionar y no estar prisionero de tus creencias, que siempre están equivocadas. Sean las que sean". Eso sí, aclara que él siempre compone las canciones con "guitarra o piano", aunque luego ya las va vistiendo diferentes a partir del esqueleto principal. "Soy un obrero de la música, trabajo todos los días", recalca, al tiempo que explica que se ha dado cuenta "de que eso de la inspiración, al final es trabajar, como todo en la vida". "Si te pones todos los días un ratito termina saliendo algo bonito. Y un día escribes algo horroroso pero otro día algo mejor. La parte buena es que si lo haces todos los días vas ganando la perspectiva", plantea, antes de destacar: "Lo baso todo en una buena canción". La gira de presentación de su anterior disco, Quítate las Gafas (2016), fue la más taquillera de un artista español en nuestro país en 2017. Es esta una certeza a la que responde con humildad asegurando que él trabaja para "llegar al mayor número de personas y que disfruten tanto como para repetir". Y no tendrá que esperar mucho su público para repetir, pues "la semana que viene" se anunciarán las fechas de la gira de presentación de Ahora, según anticipa, sin dar más detalles. Encantado con su regreso a la carretera, resume Melendi que "el éxito es ser feliz con lo que haces". "Y si además te va bien y es tu pasión, eso es lo máximo", recalca, antes de todavía reiterar que "nos venden que la felicidad se alcanza cuando tienes una serie de cosas, pero al final la felicidad es dedicarte a tu pasión". Desde este estado de tranquilidad y madurez, confiesa Melendi que no es que no se reconozca con el que era en la década pasada o con el que publicó su primer disco en 2003, sino que la cuestión es que "no comulgas" con aquello. "Es un error intentar juzgarte a ti mismo con lo que conoces ahora. De ahí esa frase tan extendida de ojalá tuviera veinte años pero con lo que sé ahora. Vamos aprendiendo cosas, nuestro pensamiento va cambiando, nos hacemos un poquito más sabios, lo justo. Nos vamos dando cuenta de que en la vida no hay errores, sino aprendizaje de nuestro pasado", reflexiona. En esta línea, añade que "si no fuera así, seguirías allí", en lo que eras hace quince años. Algo que a él no le apetece en absoluto: "Seguir en los 18 teniendo 40 años sí que sería un problema. Estamos en lo mejor de la vida, yo no vuelvo a los 20 ni aunque me los regalen. Para mi, a partir de los 35 años es cuando empezó a todo a encajar y empecé a disfrutar de las cosas. También de la música". Y aún tiene tiempo de rematar su discurso entre carcajadas: "Yo me lo he pasado genial. Pocos se lo habrán pasado tan bien como yo con veinte años, pero no tenía entonces esa paz que te da la coherencia, tener cierto criterio sobre ciertas cosas, escribir queriendo aportar algo al mundo... Esa intención ya te enriquece".