MADRID, 23 Jun. (EUROPA PRESS - David Gallardo) -
Es probable que los festivales metaleros europeos contrataran la gira de Linkin Park sin saber a qué iba a sonar su séptimo álbum, One more light. Y también es más que probable que, al escucharlo, un sudor frío recorriera la espalda de sus responsables, perfectamente conocedores de los gustos de su público.
Pero esa es la gracia de Linkin Park, que de un trabajo a otro son capaces de incrementar el desconcierto ya generado en el anterior. Por eso tampoco puede sorprender que su más reciente entrega, su quinto número 1 en la lista de álbumes estadounidense Billboard 200, sea un perfecto disco de pop del siglo XXI.
Y, además, Linkin Park tienen otra gracia bastante interesante: venden muchas entradas para sus conciertos. Da igual la controversia generada por el vaivén musical de turno, su gente está siempre ahí como, de hecho, estuvo este jueves en la primera jornada de la primera edición del Download Festival Madrid.
Porque al final del día, después de los debates y del 'antes molaban' y todo eso, la realidad es que 33.000 espectadores se congregaron en La Caja Mágica para ver a esta banda californiana que es banda sonora de, al menos, dos generaciones. Eso también pudo comprobarse este jueves en la capital.
Así las cosas, a la hora señalada, a las once de la noche, el vocalista Chester Bennington y compañía tomaban el escenario para escenificar su desafiante evolución musical, desde aquel nu-metal de manual de sus dos primeros discos, Hybrid Theory (2000) y Meteora (2003), antes de que comenzara la mutación progresiva.
Esa metamorfosis quedó escenificada en hora y media de recital iniciado con Fallout y Roads Untraveled, a las que siguieron Talking To Myself, Burn It Down, el casi EDM de The Catalyst y Wastelands, transitando por el rock, el pop y la electrónica. Entonces hubo regresión generalizada hasta One step closer y se cerró el círculo.
En ese punto quedó clara que esta es la banda que cada uno de los presentes conoce a su manera, y que todavía cuando quiere sabe perfectamente pulsar la tecla del metal. Pero acto seguido cambia el tercio con la electrónica épica de Castle of Glass y el ritmo meloso de Good goodbye, un tema que puede firmar cualquier estrella pop del momento que a cada cual le venga a la cabeza.
Se suceden Lost in the echo, New divide (con un punto a Bon Jovi) y la delicadeza pop de Invisible, con división de opiniones entre la parroquia. La crudeza añeja de Breaking the habit parece contentar a una mayoría, que después corea una versión a piano del viejo éxito Crawling con Chester entre el público.
La infalible balada creciente Leave out all the rest da paso a la parte más furiosa con Somewhere I belong, What I've Done y la fiesta constantemente arriba con In The End, Faint y Numb. A estas alturas la banda, evidentemente versatil bajo la batuta de Mike Shinoda (muy aplaudidos sus rapeos), ha llevado al festival a un punto inimaginable.
Básicamente Linkin Park ha reinventado al Download Festival, tan metalero él. Y mientras suena el primer bis con Heavy, tema que bien podría ser de Justin Bieber (¿por qué no?), la aparente incongruencia toma sentido por la esforzada interpretación del grupo y la ejecución vocal de un Chester Bennington que es capaz de desgañitarse pero también de dibujar permanentemente melodías de todos los colores (lo cual, en ocasiones, le lleva fuera de tono, comprensiblemente).
Pero los asistentes tiran al monte como la cabra aquella, de manera que cuando la actuación concluye con las furiosas Papercut y Bleed it out se produce el reencuentro final. Del grupo con su gente y de cada uno consigo mismo, tratando de reconocerse en esas pretéritas canciones nu-metaleras que les han traído hasta La Caja Mágica. Y ahí el éxito de la empresa depende de cada cual.
INTENSA PRIMERA JORNADA
Sea como fuere, lo cierto es que la propuesta de Linkin Park es valiente porque no conoce etiquetas y por eso son capaces de plantarse ante un público metalero y salir no ya indemnes, sino razonablemente victoriosos. Y aunque el debate sea infinito, lo cierto es que el recinto se vació en un altísimo porcentaje tras su actuación, mientras de fondo sonaba el stoner rock de los estadounidenses Monster Magnet.
Antes que ellos, abrieron los hostilidades bandas como Code Orange, Hacktivist y Kaothic cuando el sol más a plomo caía sobre el gentío. El día cogió velocidad con A day to remember y con el hip-hop de House of Pain, clásicos de la Costa Este que pusieron a todos a bailar con su éxito de 1992 Jump around.
El intenso y efectivo post hardcore de Touché Amoré reunió a unos cuantos fieles en el tercer escenario, antes de que en el cuarto dieran una lección de hard rock las madrileñas Lizzies, una suerte de Girlschool del nuevo milenio que fue capaz de atrapar a los que por allí pasaban curioseando.
En estos escenarios más pequeños sonaba la música mientras el groove metal de los estadounidenses Five Finger Death Punch, otro de los grandes reclamos de la jornada inaugural, atronaba en el escenario principal con temas como Wash it all away, atreviéndose incluso a versionar a Bad Company y el We will rock you de Queen.
Tiempo también para el metal técnico e intrincado de los franceses Gojira, a quienes en una reciente entrevista con Rolling Stone el guitarrista de Metallica, Kirk Hammett, señaló como relevo generacional de los sonidos más duros. Composiciones como las muy celebradas Silvera y Standred parecen dar la razón a Hammett, aunque el trecho aún es largo.
En definitiva, primera jornada solvente para el estreno del Download Madrid, a pesar de las quejas previas del público por la falta de agua gratis para combatir al calor (cierto es que agua había en los baños, muy numerosos y adecentados convenientemente). Además, una vez pasado el aluvión inicial al entrar, adquirir bebida y comida no resultó por lo general una tarea imposible.
En lo que se refiere a los conciertos, sonido potente y horarios cumplidos sin mayores incidencias. Cabe desear que lo acontecido el jueves se repita este viernes en un día que espera las acometidas de System of a Down, The Cult, Mastodon, Opeth, Hamlet, Zebrahead, Everytime I Die, Zeke, Triggerfinger, Brujería, Myrath y muchas otras bandas. Que el festejo prosiga.