MADRID, 26 Jul. (EDIZIONES - David Gallardo) - Sir Michael Philip Jagger (Dartford, Kent, 26 de julio de 1943), su Satánica Majestad, el rockero infinito, está de cumpleaños. Nada menos que 77 veranos acumula ya y seguro que lo celebra como merece la ocasión, con hijos, nietos y bisnietos. De todo tiene, porque para mucho ha dado y sigue dando la vida de este icono del siglo XX que fue padre por octava vez a finales de 2016. Celebramos por tanto la vigencia de los Rolling Stones así como el cumpleaños de su cantante escogiendo cinco canciones de Sir Mick Jagger a lo largo de más de medio siglo. Una por década (y dejando de lado su errática carrera en solitario). Que se dice pronto. Aunque debutaron antes, no fue hasta 1965 cuando los Stones publicaron un single compuesto por ellos mismos. Por Jagger y Keith Richards, concretamente. Antes de eso, versiones y adaptaciones de otros artistas fueron sus singles, aunque en sus discos sí que se atrevieron a incluir algunos temas propios (también ganaban dinero vendiendo temas a otros). Pero The last time fue el punto de inflexión como compositores de la pareja, sin duda una de las más prolíficas y aclamadas de la historia. Para cuando llegaron los setenta, los Rolling Stones ya eran un fenómeno de masas planetario gracias a temas como este 'Brown sugar' que abre el álbum 'Sticky fingers' de 1971. Compuesta principalmente por Jagger, su letra es controvertida y ambigua, admitiendo dos posibles interpretaciones: que canción y título se refieren a una muchacha de color o a la heroína (Brown Sugar significa "azúcar moreno" en castellano). Esta canción estaba en la recámara desde mediados de los setenta, incluso en versión reggae, pero no encontró su forma definitiva hasta 1981, cuando se convirtió por méritos propios en el tema estrella del disco 'Tattoo You'. Los años de espera merecieron la pena, pues el riff de guitarra perpetrado por Keith se coló de manera fulminante entre los más populares del rock. Después Mick y el resto de la banda terminaron de dar forma a este clásico que sigue abriendo muchos de los recitales de los Rolling Stones. Demoledor. Mick siempre ha tenido gran capacidad para impregnarse de todo lo que escucha, acompañado de un olfato fino para saber qué puede llegar a ser un éxito. Con 'Anybody seen my baby' compuso un estribillo pegadizo pero resultó que era calcado al 'Constant craving' de K.D. Lang. Tan evidente resultaba que una semana antes del lanzamiento del disco 'Bridges to Babylon' en 1997 removieron Roma con Santiago para incluir a la canadiense en los créditos del tema. Un desliz para un single que, a pesar de todo, fue un éxito y contó con una jovencita Angelina Jolie como protagonista de su correspondiente videoclip (del supuesto idilio con Mick esta vez no diremos nada). El día que los Stones decidan apagar los amplificadores y precintar la caja registradora, el rock habrá muerto definitivamente. Por eso resulta reconfortante comprobar cómo una pandilla de (literalmente) abuelos es todavía capaz de patear traseros sobre el escenario con asombrosa y fornida insolencia y vigoroso derroche energético. Por eso resulta reconfortante para el público ver en vivo y en directo que se puede desafiar al paso del tiempo.