El cantante, que publica álbum el 18 de noviembre, considera la ley de flamenco andaluza una "barbaridad"
MADRID, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
Francisco Contreras (Elche, 1985), más conocido como Niño de Elche, vuelve a "repensar" el flamenco en un nuevo álbum que verá la luz el próximo 18 de noviembre y en el que cuenta con la colaboración de "asesinos en serie del flamenco", como Rosalía, con la que se siente identificado por la experimentación con el género, un trabajo "positivo" pero por el que son criticados por los más conservadores.
"Ni Rosalía ni yo necesitamos que los puristas del flamenco nos den las gracias. Además, sería nuestra muerte porque estaríamos como hermanados con el mismo demonio", sentencia Contreras en una entrevista con Europa Press, en la que resalta el valor de sus propuestas porque han hecho que "se desplace la idea conservadora de una música", una apuesta que la historia ha demostrado que beneficia "mediática y económicamente".
En su nuevo trabajo, 'Flamenco. Mausoleo de celebración, amor y muerte' (Sony), la catalana colabora con Niño de Elche en 'Seguiriya madre', un "canto de amor al flamenco más clásico" que se ha convertido en un "pilar" del álbum. Contreras ansiaba esta colaboración porque se siente identificado con la artista, pues, destaca, ambos ha hecho el ejercicio de llevar el flamenco a otros territorios, ella en lo pop y lo urbano, y él en lo experimental.
"Era muy importante que Rosalía estuviese colaborando en este disco, fue la primera artista en la que pensé", precisa en este sentido, para confesar que también ha querido reunir en el álbum colaboraciones con grandes nombre criticados por "matar el flamenco", por lo que Rosalía no podía faltar, al igual que Rocío Molina o Raül 'Refree', quienes son vistos como "asesinos en serie del flamenco", bromea.
Las colaboraciones tienen sentido, precisamente, porque el nuevo álbum de Niño de Elche se presenta sentenciando que "el flamenco ha muerto" para así "vanagloriar su maravillosa vida". "El flamenco tiene siempre el discurso de que está a punto de morir, de que está en crisis o en coma, pero en este caso había que reconocer su muerte y hacerle un mausoleo de reconocimiento a lo increíble y grandioso que puede ser, para a partir de ahí reconstruirlo", explica el autodenominado 'exflamenco'.
De este modo, el álbum, su 13 obra discográfica, presenta más de una decena de canciones en las que el artista se sumerge en las formas y discursos del flamenco más clásico y a la vez más radical, una propuesta tras la que Contreras vaticina que seguirá siendo descalificado --los más conservadores le han llamado "tongo" o "impostor"--.
"Las críticas seguirán porque los puristas no escuchan lo que hago, pero es que no escuchan ni el mismo flamenco que ellos defienden. Tienen un problema de profunda escucha", lamenta. Al mismo tiempo, incide en que los comentarios negativos hacia su persona y trabajo vienen no solo de los "más puristas, también del mundo más progre". "Me he enfrentado a las dos corrientes, que no están tan alejadas", subraya.
Acostumbrado a las críticas "destructivas", asegura que sería "extraño" no recibirlas y que, incluso, le pueden llegar a gustar porque las recoge para "menearlas, centrifugarlas y generar cuestiones" a partir de ellas.
"La crítica clásica, casposa y conservadora, si está hecha desde la pasión, es inspiradora", destaca, para avanzar que está escribiendo sobre el concepto de 'antiole', un término que le acuñaron hace un tiempo en un medio de comunicación.
LA LEY DE FLAMENCO, UNA "BARBARIDAD"
Cuestionado sobre el anteproyecto de Ley del Flamenco de Andalucía, que prevé incorporar su enseñanza en los diferentes niveles educativos, Contreras se posiciona en contra: "Es una barbaridad, como todo ejercicio de regulación que se haga con el flamenco".
En este sentido, avisa de que para introducir el flamenco en las aulas habrá que escribir una historia sobre este arte. "¿Cuál es la historia del flamenco? No la sabemos, esa es una de sus grandezas", avisa al respecto.
Así, considera la ley un "error flagrante" que "instrumentaliza políticamente" este género. "La Junta de Andalucía cada dos por tres hace gestos nacionalistas retrógrados en relación con el flamenco, constantemente, y da igual el partido que sea, todos están a favor de esa perversión", afea.
Por otro lado, Niño de Elche defiende que el arte en sí está "intoxicado por las cuestiones políticas". Y es que, asevera, "es una utopía pensar en un arte apolítico". En esta línea, pese a que las letras de su nuevo álbum no contienen connotaciones directas, dice que todo lo político sigue "atravesando" sus creaciones.
'NO A LA GUERRA'
En este contexto, apunta a la guerra de Ucrania como una de las cuestiones que le hacen reflexionar, pero dice que no se puede hacer un análisis de ella porque "aún no se tiene la debida distancia para ver que supone", más allá del drama que ya se ve. Al respecto, también se declara "más cercano a la proclama del 'no a la guerra'", pese a que admite haberse alejado un poco de ella porque, a su juicio, se ha quedado como un "buen hashtag" de "poca profundidad".
Frente a un contexto político y social que parece "apocalíptico", Contreras afirma tener esperanza en la gente. "Decían que lo más de izquierdas que hay es confiar en el pueblo, tengo ese espíritu", apostilla.
También se vale de ese "espíritu" para justificar por qué ya no vota --hace un tiempo dijo que votaría a la izquierda "si existiera"--: "La última vez que vote fue a la izquierda socialdemócrata de Podemos. Ahora no voto. Soy un humanista y mi acto más humanista es confiar en vosotros, en quién vote, porque seguramente va a elegir bien", sentencia.