MADRID, 30 Jun. (EUROPA PRESS - David Gallardo) -
Primero suena Metallica y después 'For Those About to Rock' de AC/DC a un volumen ya considerable. Es entonces cuando cae el gran telón con el nombre de Slipknot y se desata el armagedón de metal y fuego con 'People = Shit' y una avalancha de gente tratando de colarse en la zona VIP delante del escenario. Hubo de todo ahí, en ese preciso instante que contiene la violenta esencia de la banda de Iowa. Esa explosión lo contiene todo.
Los de Corey Taylor, que publicarán en agosto su nuevo álbum, We Are Not Your Kind, resultan inapelables, en definitiva. Decir que son contundentes es quedarse cortos, lo suyo es algo totalmente físico. El sonido es limpio y portentoso, apuntalado por esa percusión tan característica. Y la imagen, con sus archiconocidas máscaras, consigue un impacto personalísimo.
No bajan la intensidad ni un instante y la reciente 'Unsainted' provoca el enésimo estallido concatenado, igual que 'Before I Forget', 'The Heretic Anthem', 'Psychosocial', 'The Devil in I', 'All Out Life' o 'Duality'. Buen maestro de ceremonias, Corey -que debe estar asándose con abrigo a 40 grados- arenga al gentío e incluso le obliga a agacharse en el típico juego de directo para luego saltar todos a la vez.
A pesar de no llevar demasiados conciertos, la trituradora Slipknot arrasa con todo y los 23.000 asistentes a la jornada de este sábado en Download Festival Madrid lo revientan del todo ya para finiquitar con 'Spit It Out' y 'Surfacing'. Durante la hora y media de recital, los encargados de la seguridad han estado en permanente estado de alerta, pues reinaba en el ambiente en la parte delantera esa sensación de que cualquier cosa podía pasar. La capacidad de crear ese clima es determinante y diferencial.
RIVAL SONS Y STONE TEMPLE PILOTS
Mucho antes de Slipknot, la música comenzó a sonar con bandas como Graveyard -los deathmetaleros de Barcelona, no los suecos, que hubo muchos despistados-, El altar del holocausto o Rival Sons, primer gran nombre del día. Los californianos, que andan presentando su álbum Feral Roots, forman parte de ese pelotón de bandas revival que resucitan el mejor hard rock setentero y, por lo visto en Madrid, saben bien lo que se hacen.
El vocalista Jay Buchanan se pasea por el escenario desgañitándose en la mejor escuela de Robert Plant, con cierta aura mística a lo Jim Morrison. Muchos quilates en el escenario con canciones como 'Too Bad', 'Open My Eyes', 'Shooting Stars' o la irresistible 'Keep on Swinging'. En vivo Rival Sons reconfirman lo que se intuye en sus discos, y eso es lo mejor que le puede pasar a un grupo tan de directo como este.
Amon Amarth montan su propia fiesta vikinga. Lo dijo el propio cantante, Johan Hegg, aunque no hacía falta explicarlo demasiado, pues tienen la batería montada sobre una gran cornamenta vikinga y entre sus temas más celebrados están 'The Pursuit of Vikings', 'The Way of Vikings' o 'Raise Your Horns'. Death metal melódico muy disfrutable y recibido con alegría y alboroto por la concurrencia en las últimas horas de luz del día.
Momento destacado el de Stone Temple Pilots y su repertorio de clásicos noventeros del grunge y el rock alternativo. El cantante Jeff Gutt, ex X Factor y en el grupo desde 2017, resulta de lo más efectivo y, de hecho, es una copia calcada del difunto Scott Weiland -no así del segundo cantante que tuvieron, Chester Bennington de Linkin Park, también fallecido-. Se mueve igual, canta igual y desde luego clava su labor de 'impersonator'. Es un poco desconcertante incluso, pues lo hace todo tan de la misma manera que el público no puede evitar comentarlo. Pero se hace con el escenario con confianza notablemente.
Los otros tres originales -Dean DeLeo, Robert DeLeo y Eric Kretz- siguen en la brecha con todo el derecho porque suyos son temas tan coreados como 'Vasoline', 'Big Bang Baby', 'Big Empty', 'Plush', 'Interstate Love Song', 'Dead & Bloated' o 'Sex Type Thing'. Menudo arsenal para viajar hasta una época muy determinada de las vidas de todos los presentes, que lo gozan cantándose a sí mismos 25 años después.
El maratoniano sábado llega a su fin para la mayoría tras la tralla de Slipknot, enfilando las salidas mientras Berri Txarrak hacen tan bien lo que siempre hacen tan bien. Su rock consigue que muchos se paren ante el 'escenario 2' para despedirse de la banda navarra, que dejará este año su actividad por tiempo indefinido. Con los temas de su último disco Infrasoinuak por bandera, Gorka y compañía son el colofón perfecto y de altura para la noche del sábado.