MADRID, 18 Jun. (EUROPA PRESS) -
A José Saramago, que falleció este viernes a los 87 años de edad en isla de Lanzarote (Canarias), la muerte no le asustaba. Como reconoció durante la presentación de su último libro, 'Caín' (Alfaguara), el pasado mes de noviembre (un texto en el que el Nobel de Literatura reescribió la historia del Antiguo Testamento, y en el que cuestionaba la bondad divina), "la muerte es, sencillamente, no haber estado".
Saramago explicaba entonces, con motivo de la publicación de su libro, que él no escribía para agradar. "Escribo para desasosegar a mis lectores", con esta frase mostraba su necesidad de escribir y su predilección por temas polémicos.
Entonces anunciaba también que ya estaba escribiendo su próximo libro, que tendría como tema central la industria del armamento. En sus páginas, dijo, hablaría también de quién fabrica las armas, quién trafica con ellas y quién muere. Hoy en día, "la vida humana no tiene ninguna importancia", apuntaba.
En relación a 'Caín', Saramago señalaba que "tenemos derecho a preguntarnos, como el narrador del libro, qué diablos de Dios es éste que desprecia a Caín". El texto, que arrasó en la librerías portuguesas, desató las críticas de la Iglesia y de algunos partidos de extrema derecha.
Y es que, en un tono sarcástico y con su habitual espíritu crítico, Saramago se burlaba de Adán y Eva y de sus descendientes y aseguraba, entre otras cosas, que "Dios no es de fiar", porque pactó con Abraham, según cuentan las Escrituras, y no cumplió su trato. "Que uno no pueda fiarse de Dios, está escrito en la Biblia", argumentaba.