MADRID, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
El economista y escritor Justo Sotelo vuelve a las librerías con 'Un hombre que se parecía a Al Pacino' (Pags Editors y Universitat de Lleida), con el subtítulo de 'Cuentos del primer café', una obra que es un compendio de ensayos fragmentarios en los que Sotelo recoge escenas cotidianas y experiencias vitales y las devuelve al lector a través de su mirada literaria. "Es un libro de ensayos breves que no son ensayos al uso ya que cada vez he tenido más claro que hay una unión perfecta entre la literatura y mi vida, y todo lo miro con ojos de escritor", según afirma el autor en declaraciones a Europa Press.
Mezcla de ensayo, prosa poética y diario íntimo, a lo largo de la obra -que se ha presentado hoy en el café literario de Casa Manolo de Madrid- Sotelo va "narrando la vida a medida que la vivo, para mí es muy fácil escribir pero es prioritario vivir y observar lo que hay alrededor". Una empresa para la que el escritor, doctor en Literatura, se ha ayudado de artículos de literatura que ha escrito, entre los que destacan figuras como Virginia Woolf, Carmen Martín Gaite, Shakespeare o Cervantes. Asimismo, para dar forma a la obra ha adaptado numerosos post suyos que dio a conocer en las redes sociales, "un material ingente" al que ha tenido que dar "una estructura que tuviera sentido".
En 'Un hombre que se parecía a Al Pacino', obra narrada en primera persona, a Sotelo le interesa conjugar cuatro áreas: literatura, filosofía, música y cine. "Hay amigos que me dicen que soy un hombre del Renacimiento, pues tengo en cuenta el arte de forma unitaria porque la especialización no me gusta y si el ser humano fuera sólo experto en un área se quedaría indefenso; por tanto mi mente lo junta todo", apunta.
En su nuevo trabajo Sotelo pone el foco sobre todo en la literatura, campo en el que es experto y en el que defiende la vanguardia. "Estamos en el siglo XXI y no podemos escribir como escribía Galdós en el siglo XIX ni como escribía Cervantes en el siglo XVII porque el lenguaje se tiene que adaptar a la actualidad, a los avances científicos y filosóficos. El escritor tiene que saber al menos dónde está y su lenguaje debe ser actual, casi postcontemporáneo", subraya.
En cualquier caso, Sotelo reconoce la influencia de escritores cumbres de la literatura universal que desfilan a través de las páginas de la obra como Joyce, Virginia Woolf, Borges, Thomas Pynchon o Don DeLillo. "Toda la literatura se va haciendo sobre la anterior, y no podemos ser tan ingenuos de creer que estamos inventando nada", señala.
Asimismo, el mundo cinematográfico está también presente en la obra, ya que según explica el autor "el cine ha marcado el arte del siglo XX. Ningún escritor nacido en ese siglo ha podido sustraerse a su influencia. Veo relación entre cine y pintura y también entre cine y narrativa. Y cierto cine que he ido viendo en los Alphaville (luego Golem) y Renoir de Madrid es el que más me ha influido, unido a todo el cine que he visto en la Filmoteca Nacional". La alusión al protagonista de 'El padrino' viene del hecho de que siempre le han comparado, físicamente, con actores de Hollywood, sobre todo con Al Pacino. Y el subtítulo es porque el primer café de cada mañana actúa como leitmotiv en toda la obra.
Sotelo también plasma en 'Un hombre que se parecía a Al Pacino' su interés por la filosofía como método para entender el mundo, pues "la filosofía es para mí pensar, reflexionar, buscar el sentido a la vida y ha influido mucho en mi pensamiento, desde Platón a la actualidad, pasando por Aristóteles, Plotino, San Agustín, todo el medievo, el Renacimiento, hasta llegar a Kant, Hegel o Nietzsche".
Así pues, Sotelo ha querido conjugar en la obra figuras artísticas y filosóficas de peso, que contrastan con los avances de la actualidad. "No puedo evitar pensar que existen las redes sociales o la inteligencia artificial, y que el escritor debe dominar eso, pero a su vez debe dominar todos los grandes autores que ha habido hasta él".
A pesar de ser ensayos individuales con valor propio por separado, el autor abre nuevos caminos con la estructura de la obra, muy novedosa al dividirla en las estaciones del año y que van hacia atrás -verano, primavera, invierno y otoño- en contra del orden lógico. "Estoy buscando abolir el tiempo. He intentado jugar hacia atrás y hacia adelante con él en todos los ensayos y por eso en la estructura de la obra he eliminado la línea temporal que va hacia adelante", explica.
Una teoría sobre el tiempo que lleva al escritor a reflexionar sobre su significado, ya que "los ensayos de esta obra son una especie de flujo de conciencia del instante: todas las páginas del libro son la descripción de un instante porque he eliminado el tiempo", señala.
Justo Sotelo nació en Madrid. Es catedrático de política económica y profesor universitario en ICADE (Universidad Pontificia de Comillas) y CUNEF (Universidad Complutense de Madrid). También se licenció y doctoró en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, e hizo dos másteres en Estudios Literarios y Literatura Española. En 1995 publicó su primera novela, 'La muerte lenta', y dos años después 'Vivir es ver pasar', que fue finalista en los premios Sésamo y Ateneo de Sevilla. En 2006 vería la luz 'La paz de febrero'. Su cuarta novela fue 'Entrevías mon amour', en 2009. Publicó su quinta novela, 'Las mentiras inexactas', en 2012. En 2011 leyó la única tesis escrita en español sobre el escritor japonés Haruki Murakami, que le dio la idea para publicar su ensayo 'Los mundos de Haruki Murakami' en 2013. Publicó 'Cuentos de los viernes' y 'Cuentos de los otros' en 2017 y su última obra, 'Poeta en Madrid' en 2021.