MADRID, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -
La adaptación teatral del best seller 'La Lluvia Amarilla', de Julio Llamazares, llega a la Sala Pequeña del Teatro Español, donde permanecerá en cartel hasta el 27 de Julio. Dirigido por Emilio del Valle y adaptado al teatro por José Ramón Fernández, el monólogo lo protagoniza Chema de Miguel Bilbao.
'La Lluvia Amarilla' hizo su estreno nacional el pasado octubre en el Festival Periferias, en Huesca, y después de pasar por Castilla y León y Castilla-La Mancha, llega ahora a Madrid. Basada en el libro homónimo de Julio Llamazares (que vendió más de 400.000 copias y fue traducido a más de 20 idiomas), la obra narra la historia de ficción del último habitante de Ainielle, pueblo del Pirineo aragonés.
La soledad y la migración de la población rural a las ciudades son dos puntos cruciales de la historia. "No es popular hablar del mundo rural. Pero ya hay muchos que hablan de las cosas populares. Queríamos una historia rota, de pérdida de identidad", contó el director de escena.
El autor de la adaptación, José Ramón Fernández, que había leído la novela en la universidad, señaló que intentó alterar lo menos posible la obra. "Me dio una vergüenza horrorosa cortarla así, pero lo hice con un cuidado exquisito", explicó Fernández.
EL TABÚ DEL AMARILLO
Julio Llamazares se declaró satisfecho con el espectáculo y dijo que no tenía mérito en el resultado, "aunque Emilio me haya propuesto intervenir en la adaptación", reveló. "Pero como no conozco el lenguaje de teatro, preferí no hacerlo", contó el escritor, que, sin embargo, ya intervino en adaptaciones de su obra para el cine.
Llamazares no había leído su obra hacía años, pero confesó que no echó de menos nada de su historia en la pieza. "Me gustaría felicitar a la compañía por su valentía. Es una obra muy dura y, además, lleva 'amarilla' en el título. El color amarillo es un tabú en el mundo del teatro y del toreo. Esto es, fue una doble valentía en adaptar la novela".
Supersticiones aparte, la pieza ha obtenido éxito en su gira desde octubre. "Ha sido gratificante desde su estreno en Huesca", contó Chema de Miguel Bilbao, intérprete de Andrés en el monólogo. "Ha habido gente de Ainielle que había vivido la historia, jóvenes que salían llorando e incluso un hombre que dijo que la pieza representaba su vida", aseguró.
"UN POCO DE AZÚCAR"
Para amenizar el drama del solitario Andrés, que se queda solo en Ainielle tras el suicidio de su mujer, del Valle lanzó mano de elementos ligeros como proyecciones y música. "Necesitábamos un poco de azúcar a la dureza de la historia", explicó. Las proyecciones de figuras como una puerta, la luna y hojas que se caen ayudan a suavizar el escenario.
La música suena en directo a cargo de Francisco Lumbreras, que toca en un rincón del palco un 'didgeridoo', instrumento ancestral de viento que existe hace más de 20.000 años, utilizado por aborígenes en Australia. "Hay mucha improvisación, pero con una base musical muy elemental", explicó Lumbreras. "Es una música muy peculiar, ligada a la tierra", añadió del Valle.
RUTAS DE VIAJES Y NOMBRES DE NIÑAS
La novela 'La lluvia amarilla', publicada en 1988, obtuvo tanto éxito a lo largo de los años que hoy es lectura obligatoria en los centros de la Secundaria de la Comunidad Autónoma de Aragón y de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, por lo que una de cada tres familias aragonesas tienen un ejemplar del libro en su casa.
Algunas de estas familias encontraron una manera más efectiva de demostrar su aprecio por la obra de Llamazares, bautizando a sus hijas con el nombre de la ciudad fantasma, 'Ainielle'. Y también se creó una ruta turística señalizada como "La ruta de 'La lluvia amarilla'", que surca tierras pirenaicas de Huesca, desembocando en Ainielle.
Y si los aficionados a la novela tienen en cuenta la opinión del creador de esta trama, la pieza no va a defraudarles. "Hay muchas formas de leer una obra, no sólo la tradicional, y ésta es una muy amable y satisfactoria", concluyó Llamazares.