MADRID, 22 Dic. (EUROPA PRESS) -
Unas 400 personas hacían cola este viernes 22 de diciembre a las 8,00 horas a las puertas del Teatro Real de Madrid, aguardando a que abrieran el salón para asistir al Sorteo de la Lotería de Navidad.
A las 6,30 horas ya eran más de 200 los que guardaban la fila, entre ellos, Manoli, una de las primeras y de las más veteranas, pues lleva asistiendo al Sorteo desde que se celebra en el Teatro Real.
Ataviada con un disfraz de niña de San Ildefonso, peluca incluida, a sus 80 años, no pierde la esperanza de que le toque el Gordo, y no le importa que sus hijos le digan que está "mal de la cabeza" porque no tiene intención de faltar a ninguna cita.
Si le toca el Gordo, explica a Europa Press que lo repartirá entre sus hijos, su nieto que está en paro, la ONG del padre Ángel, Mensajeros de la Paz, y también se guardará un pellizco para hacer un viaje.
Entre los gritos de alegría porque se aproxima la hora de apertura de puertas, se escucha una coletilla familiar. "Por la gloria de mi madre", exclama Enrique, que a sus 84 años llegó este jueves a la puerta del Teatro Real disfrazado de Chiquito de la Calzada, en homenaje al cómico recientemente fallecido. Aunque cree que Chiquito le va a traer suerte, promete que si no le toca, se lo tomará con humor.
También vienen a por el Gordo Marisa y Lydia, de 21 años y procedentes de Sevilla. Hace dos días tomaron el autobús con destino a Madrid para asistir por primera vez al Sorteo de Navidad. Lydia sabía que era el sueño de su amiga así que le regaló los billetes por su cumpleaños.
"Cuando era pequeña, recuerdo que mi madre ponía el Sorteo de la Lotería todos los años, por la televisión o la radio, incluso quería faltar al colegio solo por verlo", cuenta Marisa, que al igual que su amiga, va disfrazada de astronauta, como un guiño al anuncio de la Lotería de Navidad de este año, que cuenta una historia de extraterrestres.
Entre los cuatro primeros también se encontraba Jesús Manuel, que ha viajado desde Cantabria por decimocuarto año consecutivo para asistir en directo al Sorteo. "Vengo por una ilusión. Siempre veía la lotería con mi tío y con mi padre, ellos tenían la ilusión de venir", recuerda.
En esta ocasión, ha acudido disfrazado de Fernando VII y tiene fe en que este atuendo le dará suerte y podrá compartir el premio con sus hijos y la gente necesitada.
El madrileño Juan Antonio, de 52 años, también es uno de los habituales. Tras 25 años asistiendo, esta vez ha decidido disfrazarse de fiscal para ver si puede "enganchar a Puigdemont" a quien no descarta encontrar en el Teatro Real ya que "se va a repartir mucho dinero".
Las agujas del reloj se aproximan a las 8,00 horas y el público sigue llegando para colocarse en la fila. Los que llevan esperando desde este jueves, algunos desde hace 24 horas, se frotan las manos por el frío, charlan y comparten dulces para amenizar la espera.
Emilio, de 15 años, su madre Vicenta y su hermana Marina, de Jaén, se hacen un selfie con Pilar y Valle, de Barcelona, con Eduardo y Paqui, madre e hijo de Madrid, con Mari Carmen, de Gran Canaria, y con Jorge y Santi, de Medina del Campo. Todos ellos se han conocido en la cola y ya tienen un grupo de whatsapp. "Este es el verdadero espíritu de la Navidad", señala Jorge.
En torno a las 8,00 horas abren las puertas, las butacas comienzan a ocuparse y Antonio se acerca al borde del escenario para que los asistentes al Sorteo puedan comprobar que la bola con su número entra en el bombo. Las bolas caen y las risas y los nervios se transforman en silencio para escuchar cantar a los niños de San Ildefonso.