MADRID, 18 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Teatro Real va a recrear su particular isla de Lesbos -archipiélago griego que alberga el campo de refugiados de Moira, donde se hacinan más de 6.000 migrantes que huyen de guerras y conflictos-. La transformación tendrá lugar a partir de este martes 19 de febrero con el estreno del nuevo montaje de Robert Carsen para 'Idomeneo, Ré di Creta', de Wolfgang Amadeus Mozart.
El director canadiense realiza así en una revisión actual de las luchas homéricas a las que Mozart puso música, con libreto de Giovanni Battista Varesco, basado en la obra Idomenée (1712) e inspirada en la obra teatral homónima de Prosper de Crébillon.
Se trata de una coproducción entre los teatros de Madrid, Toronto Roma y Copenhague que se presenta primero en el coliseo de la capital y que cuenta con la dirección musical de Ivor Bolton, que interpretará también, al clave, el acompañamiento de los recitativos de la ópera.
EL FUTURO DESPUÉS DE UNA GUERRA
Carsen también firma la escenografía, junto con Luis F.Carvalho y la iluminación con Perter van Praet. "La pregunta fundamental que plantea 'Idomeneo' es cómo afrontar el futuro después de una guerra", asegura el canadiense, que repite de forma consecutiva en Madrid después de ponerse al frente del último montaje del Teatro Real, 'El oro del Rin', la primera parte de la tetralogía de 'El anillo del Nibelungo', de Richar Wagner.
Según ha explicado, en el relato de Mozart la filosofía que flota es cómo salvar la situación ante un ciclo de destrucción enfrentando dos ideologías opuestas: la de la guerra y la agresión frente a la de la paz y el perdón.
170 ARTISTAS
En su opinión, esta ópera trata sobre la gente y, para que quede claro y no se distraiga al público con "cambios escénicos ni efectos teatrales", coloca sobre las tablas a toda una 'muchedumbre', 170 personas entre actores y coro. Con ellos y a través de sus movimientos, según añade Bolton, trata de reflejar cómo las decisiones de unos pocos, de los líderes políticos, impactan en la vida de muchas personas, sin que ni quieran sean conscientes.
Dice el director artístico del Real, Joan Matabosch, que asistir a esta representación será como "leer el diario de la semana pasada" porque es un reflejo de la tragedia del Mediterráneo y los migrantes y refugiados que huyen de guerras y conflictos. Y para él es una obra "casi, casi inacabada" que define como una tragedia clásica releída por un ilustrado. En definitiva, un alegato antibelicista con final feliz.
"Nos interroga sobre cosas del presente como pocas obras", ha dicho para confesarse "atónito" por el nivel de actualidad que tiene una pieza estrenada en Múnich en 1781 y en el Teatro Real en 2008. En esta ocasión, el montaje adopta la versión revisada por Mozart para su estreno en Viena en 1786.
En la historia original la isla de Lesbos es, en realidad, la de Creta, donde reina Idomeneo, y los refugiados son los troyanos supervivientes y cautivos por los griegos. Tras la guerra entre ambos, narrada en la Iliada de Homero, Idomeneo regresa victorioso surcando un furioso mar, que se hará presente en el montaje y la música y que le empuja a prometer a Neptuno el sacrificio de la primera persona que se encuentre en tierra a cambio de salvar su vida. Esa criatura resultará ser su propio hijo, Idamante.
Mientras tanto, Idamante, en Creta, enamorado de Illia, hija del fallecido Príamo -rey de Troya-, promete clemencia a los troyanos en contra del criterio de su prometida Elettra, y de su propio padre.
RELACIÓN PADRE-HIJO
Carsen afirma que Illia y Elettra, a pesar de enemigas y enamoradas del mismo hombre, tienen en común el hecho de que han perdido a todos sus seres queridos, algo también común en las guerras de hoy en día. Junto con esta idea, surge con fuerza otra relación, la del padre y el hijo, que muchos entienden como una visión autobiográfica del músico alemán. Es precisamente en 1.781 cuando Mozart se enfrenta a su padre y se libera de la influencia del arzobispo Colloredo.
Y todos esos cambios parecen estar presentes en 'Idomeneo' aunque quizá, según Carsen, de un modo inconsciente, ya que esta ópera es un encargo de la Corte de Viena. "La composición constituye un enorme salto creativo --añade Bolton--. Para mí es la mejor ópera de Mozart. Interviene mucho en el libreto y elabora muchas versiones".
Ambos añaden la influencia de Chistoph Gluck en los números para coro, marchas e interludios orquestales de una partitura que ensalza con frescura recitativos, arias y números de conjunto, a pesar de estar encorsetada en las corrientes italiana y francesa de la época.
Con reparto doble para las nueve funciones que tendrán lugar entre 19 de febrero y el 1 de marzo, encarnan el cuarteto protagonista los tenores Eric Cutler y Jeremy Ovenden (Idomeneo), y David Portillo y Anicio Zorzi Giustiniani (Idamante); y las sopranos Anett Fritsch y Sabina Puértolas (Ilia), y Eleonora Buratto y Hulkar Sabirova (Elettra), que estarán acompañados por Benjamin Hulett Y Krystian Adam (Arbace), Oliver Johnston (El gran sacerdote de Neptuno) Y Alexander Tsymbalyuk (La voz de Neptuno).
A LAS 19.00 HORAS
Dada la duración de la obra, una ópera seria en tres actos de 3 horas y 15 minutos, el pase será a las 19.00 horas en lugar de las habituales 20.00 horas. En torno a esta representación, que está patrocinada por la Fundación Santander, se han programado actividades paralelas en la Biblioteca Nacional, el Museo Arqueológico Nacional, el Museo Lázaro Galdiano o el Bristish Council.
Además, el 23 de febrero Radio Clásica, de RNE, retransmitirá 'Idomeneo' en directo para toda España y los países de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) y el canal de televisión Mezzo y Palco Digital retransmitirán la ópera en diferido. Durante la presentación de la ópera, se ha interpretado una fanfarria del siglo XVIII con trompetas con sordina como ejemplo de los elementos introducidos por Mozart.