Cinco días estelares en la carrera de Pau Gasol

   MADRID, 24 Feb. (EUROPA PRESS) -

   Ya es oficial: Pau Gasol volverá a vestir la camiseta del Barcelona después de 20 años. Durante todo este tiempo fuera de 'casa', el pívot ha coleccionado multitud de éxitos en la NBA y con la selección española. Repasamos cinco días estelares en una carrera plagada de momentos brillantes.

   1) EL DESPEGUE: El 18 de marzo de 2001, Pau Gasol confirmó que estaba llamado a hacer historia en el baloncesto. Aquel día, Barcelona y Real Madrid disputaban la final de la Copa del Rey en el Martín Carpena de Málaga y fue una de esas raras ocasiones en las que una actuación individual solapó en importancia al resultado global. El equipo catalán se proclamó campeón (80-77), pero lo que se recuerda fue la actuación de un joven jugador de 20 años: 25 puntos, 6 rebotes, 3 asistencias, 3 robos, 8 faltas recibidas, 39 de valoración y el premio MVP. Lo sufrió Sergio Scariolo, aunque el entonces técnico del Real Madrid lo ha disfrutado muchas más veces posteriormente en el equipo nacional. "Desde los tiempos de Petrovic no había visto a nadie dominar igual", dijo entonces el actual seleccionador.

   2) EL ALDABONAZO: Tras conquistar también la Liga ACB, Gasol tenía prisa por triunfar y no esperó ni un verano más para probar suerte en la NBA, donde fue elegido por Atlanta Hawks en el tercer puesto del 'draft' e inmediatamente traspasado a Memphis Grizzlies. Pronto se erigió en el líder de aquel equipo que moraba en la zona baja de la NBA y el mundo lo confirmó el 6 de diciembre de 2001. Su equipo encajó la enésima paliza de la temporada ante Minnesota Timberwolves (80-105), pero los 12.861 espectadores congregados en La Pirámide de Memphis se fueron contentos a casa tras asistir al espectacular mate que Gasol metió en la cara de uno de los 'gallitos' de la liga, Kevin Garnett. Luego se llevó el dedo a la oreja derecha mientras en la televisión estadounidense se escuchaba "Uno, dos, tres. ¡olé!". El 'rookie' del año ya era una realidad.

   3) LA DUREZA: El 15 de junio de 2010, Los Angeles Lakers y Boston Celtics, las dos franquicias más laureadas en la historia de la NBA, disputaban el séptimo y definitivo partido de las Finales. En un bando, Kobe Bryant, Pau Gasol o Ron Artest. Enfrente, Paul Pierce, Ray Allen o Kevin Garnett. El pívot español, a menudo criticado en Estados Unidos por su supuesta falta de dureza, por fin logró quitarse esa etiqueta. Frente a un rival conocido por su contundencia defensiva y después de que los Lakers remontaran una desventaja de 13 puntos, el '16' anotó siete puntos consecutivos en los compases finales y se convirtió en el factor diferencial de su equipo, que ganó por 83-79. Acabó el partido con 19 puntos, 18 rebotes y el segundo anillo de su carrera junto a su amigo Kobe Bryant.

   4) LA FAMILIA: El 15 de febrero de 2015, los hermanos Gasol protagonizaron el salto inicial del partido de las estrellas de la NBA. Los gemelos Van Arsdale, Tom y Dick, habían sido 'All Star' en los años 70, pero sin llegar a enfrentarse sobre la cancha. Tuvo que llegar el dúo español para dejar esa fotografía para la historia en el duelo que anualmente reúne más talento en todo el planeta. Una instantánea carga de simbolismo tanto para la familia Gasol como para el baloncesto español, que culminaba el camino abierto por Fernando Martín casi 30 años atrás. Poco meses después, compartieron el Premio Príncesa de Asturias por sus trayectorias deportivas pero también humanas, ya que son los impulsores de la Gasol Foundation, cuya misión principal es luchar contra la obesidad infantil.

   5) EL TRUENO: En la hoja de servicios de Pau Gasol con la selección española figuran innumerables actuaciones fundamentales, pero ninguna como la que firmó el 17 de septiembre de 2015 en las semifinales del Eurobasket de Francia. Frente a los 26.922 espectadores, en su gran mayoría galos, presentes en el Pierre Mauroy Stadium de Lille, Gasol se volvió a reivindicar como el mejor jugador de Europa con un partido espectacular. Sus 40 puntos y 11 rebotes frente a un desbordado Rudy Gobert guiaron a España al triunfo en la prórroga (80-75). Tres días después, la inercia ganadora del equipo español se llevaba por delante a Lituania en la final (80-63) y España se proclamaba campeona continental por tercera vez en apenas seis años.