MADRID, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Unicaja se enfrentará este fin de semana en el Martín Carpena a la 'maldición' del anfitrión en la Copa del Rey, esa que hace casi imposible que la afición local celebra el título y que sólo se ha roto en dos de las 36 ediciones celebradas en la era moderna del torneo.
En la temporada 1983-84, cuando debutaba el actual formato de fase final, el CAI Zaragoza de los hermanos Arcega y el malogrado Kevin Magee fue llevado en volandas por un público apasionado para doblegar al FC Barcelona (81-78) y lograr el primer título nacional del club aragonés.
Un hito que animó al Joventut a pedir la organización de la siguiente temporada sin correr la misma suerte. Ahí comenzó esta especie de 'maldición' que solo ha roto el Baskonia desde entonces, concretamente en 2002.
En aquella apretada final, el club vitoriano, denominado por entonces TAU Cerámica, se impuso al FC Barcelona (85-83) con el liderazgo de Dejan Tomasevic (20 puntos, 8 rebotes) y Elmer Bennett (17, 6 asistencias), que dejaron sin premio la excepcional actuación de Sarunas Jasikevicius (28). Casi dos décadas después, ningún anfitrión ha vuelto a tocar la gloria y, de hecho, el Unicaja ni siquiera ha pasado del primer partido en las tres anteriores ediciones en el Carpena (2001, 2007 y 2014).
Además de la maldición para levantar el título en la final, el equipo anfitrión suele sufrir incluso para alcanzar ese último encuentro, hasta el punto de que sólo cinco anfitriones alcanzaron la final sin vencerla: Ron Negrita Joventut (1985), TAU Cerámica (2008), Real Madrid (2011 y 2019) y FC Barcelona Regal (2012).