BARCELONA 15 Jul. (EUROPA PRESS) -
La 111ª edición del Tour de Francia entra en su recta final con una emocionante semana final, que contribuirá a que este Tour sea histórico con un final lejos de París, una capital francesa que se prepara ya para los Juegos Olímpicos y deja su lugar a Niza y a una valiente crono final, si bien antes serán los Alpes franceses los que dicten, o encarrilen, la sentencia final de esta ronda gala que busca nuevo campeón.
De momento, el esloveno Tadej Pogacar (UAE Team Emirates) cuenta con 3:09 minutos de ventaja sobre el danés y doble vigente campeón Jonas Vingegaard (Team Visma | Lease a Bike), que llegó a esta cita sin competir y con poco entrenamiento tras su ingreso e intervención hospitalaria por la dura caída en la Itzulia.
Y lejos de poder luchar por este Tour está otro de los damnificados de esa caída, el belga Remco Evenepoel (Soudal Quick-Step), a 5:19 del esloveno. Y no hay tampoco lucha por el podio salvo que algún contratiempo aparte de él a los tres ciclistas mencionados, ya que el cuarto, en el segundo lunes de descanso, es el portugués João Almeida, compañero de Pogacar, que está a 10:54 de su líder y a 5:35 de Evenepoel.
De momento, la semana definitiva de este Tour de Francia arranca con una etapa pensada para los esprinters, entre Gruissam y Nimes sobre 188,6 kilómetros. Una etapa en la que Mark Cavendish (Astana), que entró por los pelos dentro del tiempo límite en Plateau de Beille, buscará agrandar su récord de triunfos de etapa en el Tour, tras ganar la quinta jornada de esta edición. Pero tendrá competencia, y dura, entre los velocistas que siguen vivos, entre ellos el líder de los puntos y ganador de tres etapas en esta edición Biniam Girmay (Intermarché).
El miércoles el pelotón empezará a llegar a los Alpes franceses. Partirán de Saint-Paul-Trois-Chateaux y llegarán a Superdévoluy tras 177,8 kilómetros, en un escenario apto para fugas pero con varias subidas en los últimos 40 kilómetros. Esa posible lucha entre escapada y pelotón tendrá una dura batalla en el Col Bayard y en la subida al Col du Noyer (7,5 kilómetros añl 8,4 por ciento de pendiente media) y la batalla final ante la estación de Superdévoluy, una cota de tercera categoría.
Al día siguiente, la etapa 18 partirá de Gap y llegará a Barcelonnette tras 179,5 kilómetros de media montaña con más de 3.000 metros de ascensión acumulada. Pese a cinco cotas de montaña, todas de 3ª categoría, los velocistas podrían tener una última oportunidad si el pelotón evita una fuga y si nadie de la general quiere agitar el avispero, aunque deberían estar muy fuertes y tener todo de cara.
Y llega la montaña, de nuevo, en la etapa 19 del viernes 19 de julio. Con salida en Embrun y llegada a la cima de Isola 2000, los 144,6 kilómetros podrían dar de qué hablar. Una etapa de "ultramontaña", según describe el director general del Tour, Christian Prudhomme, que subirá en tres ocasiones por encima de los 2.000 metros en el Col de Vars, un HC de 18,8 km al 5,7%, en la Cime de la Bonette, la carretera a mayor altitud de Francia (se corona a 2.802 metros) y otro puerto HC de 22,9 km al 6,9€, y finalmente la subida a la estación, de 16,1 km al 7,1%.
El último fin de semana puede ser apoteósico si todavía hay algo en juego. El sábado, etapa a modo de 'clásica' que recodará a la París-Niza, ya que Niza acogerá la salida y tras 132,8 kilómetros y 4.600 metros de desnivel acumulado se llegará al Col de la Couillole, tras subir le Col de Braus, los puertos de Turini, la Colmiane y, por último, de la Couillole, con una subida final de 15,7 kilómetros y una pendiente media de un 7,1 por ciento.
Y, para poner el colofón a este Tour histórico que no finalizará en los habituales Campos Elíseos de París, una contrarreloj individual entre Mónaco (en el cuarto país que pisa este Tour después de Italia, San Marino y obviamente Francia) y Niza, de 33,7 kilómetros y 650 metros de ascenso al subir a La Turbie (8,1 kilómetros al 5,6 de media). Y así, de uno en uno, se llegará a la meta final de este 111º Tour de Francia, en la Place Masséna a un par de pedaladas de la Promenade des Anglais y, por primera vez en la historia, lejos de la en breve olímpica París.