Tom Boonen en el pelotón
DOUG PENSINGER
Actualizado: jueves, 6 abril 2017 16:58


MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -

El corredor belga Tom Boonen (Quick-Step) asegura que podría correr un año más, pero que está "preparado" para la retirada y se declaró orgulloso por haber logrado tantos triunfos frente a algunos de sus héroes antes de afrontar este domingo la última París-Roubaix, donde colgará la bici después de 15 años como profesional.

"Tomé la decisión de dejarlo tras la París Roubaix porque quería retirarme tras un periodo que me encanta y parar después de una de las carreras que más me gustan porque tenía la motivación para ir a tope una vez más. Si hubiera parado después de los Mundiales, por poner un ejemplo, no habría sido nunca lo mismo", dijo en una entrevista para el programa "El fin de la carretera' de Eurosport que recoge Europa Press.

A su juicio, podría "correr un año más, otro año y medio más". "Pero pensé que ya estaba preparado para la retirada y que lo mejor y lo más bonito sería dejarlo después de la París-Roubaix. No conozco a nadie que lo haya dejado estando a un nivel en el que puede seguir optando a la victoria. Todos dicen que lo van a hacer, pero nadie lo hace. Tengo grandes planes. Hay tiempo para todo y creo que ha llegado la hora de hacer esto. Es un reto", afirmó.

El velocista belga afirmó que afronta su última carrera como profesional "orgulloso" de sí mismo. "He luchado mucho semana tras semana para llegar a la París-Roubaix en forma. Al inicio de la temporada tenía claro que solo era posible estar bien en estas dos-tres semanas y que incluso así sería muy duro. Pensaba que era imposible poder estar a mi nivel normal, aunque también tenía la sensación de que estaba realmente mejorando a medida que se iba acercando", manifestó.

Boonen, que el pasado 2017 acabó segundo en la París-Roubaix, recuerda cómo logró su primer triunfo en uno de los 'monumentos' del ciclismo en 2005, en un sprint frente al español Juan Antonio Flecha y el estadounidense Hincapie.

"Tenía solo 24 años. Hice doblete, ya que ese año también había ganado el Tour de Flandes. Fue una experiencia increíble para un chaval como yo que peleaba por todo. El Tour de Flandes lo gané de manera diferente. Tuve más tiempo para disfrutarlo, para vivirlo. Fue mi primer triunfo en una clásica. Después, en la Roubaix llegué al velódromo bastante tranquilo y tomé la iniciativa en la curva, justo lo que no hice el año pasado. Creo que estaba como en una nube ¡Todo salió a la perfección!", rememoró.

Admitió que le gusta más la París-Roubaix más que el Tour de Flandes, y que la considera la "carrera más bonita del mundo". "Es la única carrera que termina en un recinto deportivo. Escuchas las voces cuando estás a un kilómetro, luego tomas la curva a la derecha, luego la otra curva a la derecha y vas hacia el velódromo. Escuchas como te llegan las voces del público cuando llegas al recinto. Es algo muy especial. Es algo único en el ciclismo", destacó.

LA PARÍS-ROUBAIX DE 2012, SU MEJOR RECUERDO

Su mejor recuerdo fue en la edición de 2012, cuando entró en solitario al velódromo tras una escapada. "Es posiblemente el mejor recuerdo que tengo del ciclismo. Tenía muy buenas piernas ese día. Después, en la sección de adoquines, vi que estaba solo y me dije a mi mismo, inténtalo! Nunca tuve la sensación de ir al 100%. Ya había ganado varias clásicas ese año y me sentía muy bien. Ese era el momento en el que tenía la sensación de estar entrando en la historia. Es una oportunidad que no se suele dar a menudo, así que lo di todo y llegué a meta", indicó.

Para él, ha tenido una carrera profesional larga, en la que logró un tercer puesto en la París-Roubaix en 2002 frente a héroes de su niñez como Mussew y Van Petegen. "Los primeros 5-7 años de tu carrera son así, peleas contra tus héroes. Luego te haces mayor, llegan nuevos corredores que tienen que confirmar su nivel. Te das cuenta de que estás compitiendo contra nuevos corredores que no habías visto nunca antes, mientras que ellos te miran pensando que tú eres el tipo que ha ganado una o dos veces la París-Roubaix", evocó.

Siempre ha creído que correr contra los héroes de su infancia es algo "muy especial", más que hacerlo contra la nueva generación de los Peter Sagan de ahora, o los Greg Van Avermaet. "Nunca es igual. Es como competir contra Cipollini cuando tenía 22 o 23 años. La primera vez que gané a Cipillini fue, wouahh! Estuve en una nube durante 3 días. Fue increíble. Todavía lo recuerdo. Guau, ganar a Cipollini, o a Petacchi! Pero los grandes rivales que he tenido han sido Mussew, Van Petegen, Ballan y por supuesto Cancellara. Es increíble haber conseguido tantas victorias porque significa que he tenido que luchar contra una generación muy fuerte", se enorgulleció.

En la edición de este 2017, espera estar en el podio. "Eso estaría muy bien, con o sin victoria. He estado en el podio de esta prueba 6 o 7 veces, así que he sido afortunado en una carrera en la que necesitas tener algo de suerte. Espero estar en el podio y decir adiós a todo el mundo, ir a cenar después con el equipo, con mi mujer y mis hijos y, el día después, levantarme como un ser humano normal, no como un ciclista profesional. Va a ser algo extraño, pero creo que estoy preparado para ello", recalcó.

Asimismo, consideró que no todos los ciclistas tienen la oportunidad de elegir el momento de su marcha. "La mayoría de los corredores continúan dos o tres temporadas más en equipos más pequeños. Necesitan ganar más dinero, aunque al final creo que se van desvaneciendo, empequeñeciendo. Creo que es mucho más bonito decir adiós en lo más alto", subrayó.

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