MADRID, 25 Ago. (EUROPA PRESS) -
El ciclista británico Chris Froome (Team Sky) aseguró que la séptima etapa de la Vuelta a España de este viernes se desarrolló en un recorrido que tuvieron "siempre controlado" pese a que "todo el mundo estaba cansado" por lo acontecido el día anterior, y tras la cual el corredor seguirá manteniendo el maillot rojo gracias en buena parte al "gran trabajo" en cabeza de sus compañeros.
"Creo que siempre lo hemos tenido controlado. Ha sido un día relativamente más controlado y menos loco que ayer, eso seguro", afirmó Froome en línea de meta tras finalizar la séptima vuelta de la Vuelta, disputada entre Lliria y Cuenca sobre 207 kilómetros y que se llevó el esloveno Matej Mohoric (UAE Team Emirates), saliendo de ella "contento por estar bien posicionado" y sin haber sufrido "ningún incidente".
Buena parte de que el británico haya logrado mantener el liderato de la prueba -que encabeza desde la tercera etapa- radica, según el propio corredor, en el trabajo realizado por sus compañeros. "Creo que Ian Stannard y Christian Knees se merecen una mención especial, por el gran trabajo que han hecho en cabeza. Es definitivamente gracias a ellos por lo que yo sigo con la roja", dijo.
"Hemos dejado irse a la fuga, porque los corredores que la formaban no eran una amenaza para la general", explicó el vigente campeón del Tour en referencia a la escapada que se produjo a partir del kilómetro 17 y que vio desde la distancia. "Creo que todo el mundo estaba bastante cansado de ayer. Si alguien hubiera querido disputar la victoria, podría haber tirado todo el día", puntualizó Froome.
Respecto a la etapa que espera a los ciclistas mañana, entre Hellín y Xorret de Catí, y la del domingo, entre Orihuela y Cumbre del Sol, el británico advirtió que deberán "estar atentos". "Con desniveles por encima del 18%, serán muy complicadas y puede pasar cualquier cosa", explicó Froome, puntualizando que según como se desarrolle el fin de semana verá si ataca, aunque eso es labor "de otros corredores".