BARCELONA, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
La segunda semana del Tour de Francia aparenta ser más tranquila que la primera, protagonizada por caídas y mal tiempo y unos Alpes donde Tadej Pogacar (UAE-Team Emirates) casi sentenció la carrera, aunque el doble paso por el Mont Ventoux, los Pirineos franceses y andorranos y un posible mejor clima podrían secundar lo visto o cambiar el guión.
Habrá varias etapas llanas para buscar escapadas, victorias al esprint en llegadas masivas y donde intentar aprovechar el viento, si aparece, para provocar abanicos. Pero, sobre todo, esta semana tiene una de las etapas 'reina', la del doble Mont Ventoux, y al final esa llegada a los Pirineos con acento andorrano.
El martes, la décima etapa será una vuelta al ruedo tranquila, salvo más sorpresas negativas, entre Albertville y Valence sobre 190,7 kilómetros. Una jornada pensada para los velocistas que han superado la primera semana, ya sin el que fuera líder y ganador de etapa Mathieu Van der Poel (Alpecin-Fenix).
Sin duda, el miércoles, la 'Grande Boucle' entra en zona roja, de alerta para aquellas que quieran intentar desbancar a Pogacar. Los 198,9 kilómetros entre Sorgues y Malaucne incluyen el regreso al Mont Ventoux, no como final de etapa pero sí con doble paso al coloso ventoso y una subida, desde Sault, casi inédita en la ronda gala. Con tres puertos antes de la doble subida hasta los 1.919 metros de altura del Ventoux, la etapa será dura.
La duodécima etapa puede tener trampa si el viento aparece con fuerza. Entre Saint-Paul-Trois-Chateaux y Nimes se recorrerán 159,4 kilómetros y muchos de ellos serán a campo abierto, con posibilidad de hacer abanicos. Al día siguiente, el viernes, la 13 etapa partirá de Nimes y llegará a la histórica Carcassonne tras unos largos 219,9 kilómetros, en otro posible triunfo al esprint.
El sábado, aunque tímidos todavía, llegan los Pirineos. De Carcassonne a Quillan, sobre 183,7 kilómetros, la decimocuarta etapa será de media montaña, con cinco puertos y tres de ellos de 2 categoría, siendo el último el Col de Saint-Louis, con 4,7 kilómetros al 7,4 por ciento y a 16,9 kilómetros de meta.
Para terminar esta segunda semana, una etapa que también puede, y debería, marcar diferencias. El Tour de Francia endurecerá la carrera en Andorra, pero antes los galos Montée de Mont-Louis (1) y Col de Puymorens (2) calentarán la llegada a los puertos andorranos de Port d'Envalira (1) y el corto y duro Coll de Beixalís (1), un muro de 6,4 kilómetros al 8,5 de pendiente media, y bajada hasta la meta en Andorra la Vella, que acogerá el segundo día de descanso.