MADRID, 24 Sep. (EUROPA PRESS) -
El eslovaco Peter Sagan se convirtió este domingo en el primer ciclista en ganar tres Mundiales seguidos tras imponerse al corredor local Alexander Kristoff en un disputado esprint en el recorrido de 267,5 kilómetros de Bergen (Noruega), en el que el australiano Michael Matthews consiguió el bronce.
Sagan llegaba al país nórdico tras sus victorias en 2015 en Richmond (Estados Unidos) y en 2016 en Doha (Catar) como máximo favorito en las apuestas, a pesar de verse aquejado de una enfermedad en los últimos días, y no falló.
Con la victoria por apenas unos centímetros frente a Kristoff, el eslovaco entra en el selecto grupo de corredores con tres mundiales en el que se encontraban el italiano Alfredo Binda (1927, 1930 y 1932), los belgas Rik Van Steenbergen (1949, 1956 y 1957) y Eddy Merckx (1967, 1971 y 1974) y el español Óscar Freire (1999, 2001 y 2004).
El de Zilina, con un equipo incapaz de competir como bloque contra las selecciones potentes de Bélgica, Francia, Italia u Holanda, se refugió en el grupo y decidió dejar hacer a los demás para esperar su momento. Capaz de ganar en cualquier terreno, el esprint fue el territorio elegido esta vez para seguir agrandando su amplio palmarés, a sus 27 años.
La misma táctica tomó una España mermada por las bajas y sin un referente claro, que pasó desapercibida en una carrera más exigente por la larga distancia que por dureza del recorrido. No hizo lo mismo el costarricense Andrei Amador, que fue el más destacado de una fuga inicial que tuvo fecha de caducidad desde su formación.
El pelotón siempre tuvo la escapada bajo control, liderado por una Bélgica con corredores potentes como el actual campeón olímpico Greg Van Avermaet y el campeón del mundo en 2012 Philippe Gilbert, y por una República Checa que quemó sus naves en beneficio de Zdenek Stybar.
La entrada de Holanda al frente del grupo a falta de 90 kilómetros fue la puntilla para los escapados, que fueron neutralizados cómodamente con el paso de las vueltas. El belga Tim Wellens fue el siguiente en agitar una carrera muy agrupado y menos rota de lo habitual en una prueba de Mundial.
El bloque español movió su primera ficha con la presencia en la fuga de David de la Cruz, algo que también hizo Italia con Alessandro de Marchi y Holanda con Lars Boom, entre otros. El empeño del holandés Tom Dumoulin, campeón del mundo en la contrarreloj individual pocos días antes, hizo reaccionar al grupo y volver a reagruparse, entrando en la última de las once vueltas con casi cien componentes.
Antes, Lluís Mas había buscado su oportunidad sin éxito saltando del pelotón en solitario. Más fuerza tuvo el francés Julien Alaphilippe que atacó en la última subida a Salmon Hill, dejando atrás a Gilbert y Van Avermaet y llevando a su rueda al italiano Gianni Moscon, al que consiguió descolgar a falta de cinco kilómetros con otro demarraje en un tramo de adoquinado.
El ataque del francés llevó los nervios a las potencias, que lucharon por reducir la distancia y evitaron que tuvieran éxito otros ataques como el del colombiano Fernando Gaviria. Sin embargo, el que apareció para recoger los frutos del trabajo fue un Sagan que asomó por primera vez en el último kilómetro para hacer historia y dejar a Kristoff sin corona ante su público por un solo golpe de pedal.
Entre los españoles, la caída de José Joaquín Rojas y varios integrantes del combinado coincidiendo con el ataque de Alaphilippe en la última ascensión, dinamitó las pocas opciones posible. El mejor clasificado fue un Jonathan Castroviejo, trigésimo segundo, que entró a más de un minuto del tricampeón.