MADRID, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
Marruecos será el teórico rival más asequible de la selección española en la próxima fase de grupos del Mundial de Rusia, cita que supone su retorno a una Copa del Mundo dos décadas después con la intención de prolongar su buen momento y donde espera disfrutar de las joyas procedentes del fútbol europeo.
La selección marroquí afrontará un torneo en el que no participa desde 1998 en Francia. En sus cuatro participaciones, su mejor resultado fueron los octavos de final en México 1986, avanzando en la fase de grupos como líderes por delante de Polonia, Portugal e Inglaterra.
En la Copa Africana de Naciones de Gabón 2017, Marruecos cayó eliminado en los cuartos de final ante Egipto (1-0), un resultado positivo después de seis ediciones anteriores en las que ni siquiera superó la fase de grupos.
Marruecos fue una de las grande sorpresas durante la fase clasificatoria en el continente africano. En ese grupo C, se disputaría hasta el final el avance a Rusia contra Costa de Marfil. Ambos combinados no pisaron el freno en ningún momento y se cruzarían en una última jornada que decidiría qué equipo era líder. En primera instancia Dinar y más adelante el capitán Benatia aseguraron la victoria para los marroquíes.
Precisamente, el central de la Juventus liderará defensivamente un combinado que contará además con la presencia del canterano madridista Achraf. En el medio, Mbark Boussoufa y Sofiane Boufal se apoderan de la creación de juego de Marruecos, mientras Nordin Amrabat acompaña a los dos principales goleadores de esta selección, Ziyech y Boutaib.
España y Marruecos no se han enfrentado nunca en un Mundial, aunque sí en la repesca para Chile 1962. El combinado nacional vencería en los dos encuentros ante los marroquíes, primero en la ida con un solitario gol de Luis de Sol, y en la vuelta con un 3-2.