MADRID, 4 Jun. (EUROPA PRESS) -
El 4 de junio de 1980 está dentro de los libros de historia del fútbol español, y también de los del Real Madrid. Sobre el césped del Santiago Bernabéu, la final de la Copa del Rey de esa temporada tuvo una final teñida de madridismo al enfrentar por primera, y única vez en la historia, a un primer equipo y su filial, honor que correspondió al Real Madrid y a un sorprendente Castilla.
Nadie esperaba que la final copera fuese a tener como protagonista a un equipo de la Segunda División y, mucho menos, que este fuese a ser el filial del conjunto blanco, proclamado campeón de liga en una final de infarto con la Real Sociedad, resuelto por un punto de diferencia a favor de los Vujadin Boskov, arrollados en una negra noche en Hamburgo (5-0) que les apeó de la final de la Copa de Europa.
El Castilla, por su parte, intentó codearse con equipos veteranos y expertos de la Segunda División, firmando una temporada notable donde acabó séptimo, pero a tan sólo a cuatro puntos de Osasuna, el último de los ascendidos a una élite a la que no podía acceder. En cambio, en el torneo del 'k.o' se transformó y fue la auténtica revelación dejando fuera a rivales potentes, con grandes remontadas y un Bernabéu inexpugnable.
Dirigido por Juanjo García Santos, aquel filial no fue si embargo un gran vivero para el primer equipo y salvo Ricardo Gallego, el portero Agustín y Paco Pineda, ninguno más pudo subir e instalarse con asiduidad con los mayores, aunque el que más brillo y regularidad tuvo fue el 'Soso'. También sobresalió en aquella edición copera el 'olfato' goleador del delantero Paco.
El filial madridista tuvo que superar un total de siete rondas para rozar la gloria copera, que el Real Madrid le negó de forma contundente y sin opción a una nueva sorpresa. El Extremadura, el Alcorcón y el Racing de Santander fueron las primeras tres víctimas del Castilla que, en el siguiente cruce, estuvo contra las cuerdas. El Hércules le goleó en el Rico Pérez (4-1) y los de García Santos, en una época en la que no valía aún el valor doble de los goles a domicilio, forzaron la prórroga en la vuelta con un tanto de Gallego cuando el tiempo reglamentario expiraba. Cidón sentenciaría en la prórroga la remontada y el pase a octavos donde esperaba nada más y nada menos que el Athletic Club, el 'rey' de Copas.
A las puertas del dominio del fútbol vasco en la Liga, los 'Leones', con casi todas sus armas, empató a cero en la ida en Madrid y parecía que daría buena cuenta del filial en San Mamés, donde sus mayores habían perdido por 3-0 en la Liga, pero los canteranos aguantaron firmes atrás y sorprendieron en la segunda parte, donde el protagonista fue Pineda, autor de los dos tantos que pusieron el 0-2, recortado de forma infructuosa por Andoni Goicoetxea.
Y en cuartos tocaba la Real Sociedad que soñaba con el título liguero y que también sufrió la calidad del Castilla, que salió airoso de Atotxa al perder solo por 2-1 por culpa de dos goles finales de Sastrústegui y Diego. En un Bernabéu abarrotado, Paco igualó pronto la eliminatoria y Bernal hizo el 2-0 antes del descanso. La Real no logró reaccionar en la segunda mitad y también dejó el torneo del 'k.o'.
El Sporting de Quini, Joaquín, Ciriaco o Mesa era el penúltimo obstáculo para la final, mientras que por el otro lado del cuadro se medían en un derbi el Real Madrid y el Atlético. El equipo asturiano, tercero ese año en el campeonato doméstico, se impuso por 2-0 en El Molinón y obligaba a otra remontada en Chamartín. El Castilla mostró todo su talento y arrolló a los sportinguistas con un demoledor 4-1, con el filial dominando por 4-0 al inicio de la segunda parte.
El Real Madrid, por su parte, dejó fuera al Atlético de Madrid tras una tensa tanda de penaltis y se encaminó hacia el doblete. El conjunto de Boskov entró en el torneo en octavos y dejó fuera, además de los colchoneros, al Logroñés y al Betis.
Favorito, el campeón liguero, con García Remón, Pirri, Goyo Benito, Del Bosque, Stielike, Juanito, Santillana o Cunningham en sus filas, también aprovechó su posición para 'intimidar' a sus jóvenes rivales, que en la pelea por el título no pudieron demostrar todas sus cualidades y, según las informaciones y declaraciones de algunos de sus jugadores, con poco apoyo de los estamentos del club para que impidiese el doblete.
El partido no tuvo demasiada historia, aunque el Castilla llegó todavía con opciones al descanso. Juanito abrió el marcador a los 20 minutos y justo antes del final del primer tiempo, Santillana puso las cosas cuesta arriba.
El panorama empeoró en la reanudación. Sabido y Del Bosque marcaron dos tantos en apenas tres minutos y el sueño del filial se esfumó. Ricardo Álvarez hizo el gol del honor, pero los mayores no se apiadaron y cerraron la goleada con dos tantos finales de García Hernández y Juanito. Ahí terminó la gesta del Castilla, la última de un filial porque la RFEF ya no permitió a partir de 1990 jugar a los equipos de la cantera la Copa del Rey. De todos modos, al año siguiente, el Castilla pudo disputar la Recopa cayendo en su primer cruce ante el West Ham United.