MADRID, 26 May. (EUROPA PRESS) -
La excepcional actuación del equipo revelación esta temporada en Primera División, el Deportivo Alavés, dio sus frutos en forma de final para el conjunto de Mauricio Pellegrino, que peleará por la Copa del Rey en el Vicente Calderón ante el FC Barcelona, tras dejar en el camino a Celta de Vigo, Alcorcón, Deportivo de la Coruña y Nástic de Tarragona.
Será la segunda final de su historia para el club vitoriano, que dejó para la historia una hazaña europea que no tuvo final feliz en su último capítulo. Allá por el año 2001, entrenados por José Manuel Esnal Pardo 'Mané', un Alavés con un potencial tremendo en lo defensivo y tan eficaz como talentoso en lo ofensivo disputó la Copa de la UEFA ante un todopoderoso Liverpool, en la final que se disputó en el Westfalenstadion de Dortmund.
Después de una temporada anterior histórica en cuanto a registros, en la que encajaron 37 goles en 38 partidos que reconocieron a su portero Martín Herrera como Zamora y finalizaron en sexta posición en Liga, clasificándose para competición europea por primera vez en su historia, el cuadro blanquiazul sorprendió a propios y a extraños derrotando a rivales como el Inter de Milán o el Kaiserlautern alemán, además de a un Rayo Vallecano que también fue revelación.
Las eliminatorias ante italianos, con contundente victoria en San Siro por 0-2 tras el empate de la ida, y alemanes, con un resultado global de 9-2, infló de confianza a la plantilla de Mané, que se veía capaz de llevar a cabo una nueva y última machada ante el equipo de Anfield Road.
Sin embargo, los 'Reds' hicieron añicos el sueño vitoriano en una de las mejores temporadas de su historia, cosechando cinco títulos. Dos goles en los primeros 13 minutos de encuentro, trastocaron por completo el plan inicial de Mané que pasó de un esquema de tres centrales a retirar a uno de ellos, Dan Eggen, para dar entrada a Iván Alonso.
El uruguayo sirvió de revulsivo en las fases posteriores del partido consiguiendo recortar distancias, pero un nuevo tanto desde el punto de penalti volvió a poner a prueba la fortaleza vitoriana. Sin embargo, en el descanso, los azulones dejaron atrás el nerviosismo y la inexperiencia en partidos europeos y dos goles consecutivos de Javi Moreno en los primeros cinco minutos devolvieron de lleno al Alavés a la lucha por el título.
Dos nuevos bandazos, uno por cada equipo, protagonizados por Robbie Fowler y Jordi Cruyff llevaron el encuentro a otros 30 minutos de batalla en la prórroga, en la que el casancio y las expulsiones de Magno y Antonio Karmona lastraron a un equipo con el que se cebó la mala fortuna con el definitivo tanto en propia puerta de Delfín Geli, que puso la rúbrica para los 'Reds' con un insólito gol de oro.
Caprichos del destino y 16 años después, el Deportivo Alavés se planta ante su segunda oportunidad de conseguir su primer gran título. De nuevo ante una superpotencia futbolística, con la que pocos cuentan que tenga apenas posibilidades de disputar de tú a tú. Pero quizás sea el momento para el 'Glorioso' de hacer justicia con la historia.