BARCELONA 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
El ya expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell ha vivido en carne propia un drama protagonizado por él mismo y por el jugador brasileño Neymar, que ha pasado a ser fuente de alegría y optimismo con su llegada al equipo el pasado verano a ser el motivo de su dimisión este jueves, ya que la operación de su fichaje podría acabar en los juzgados con Rosell como imputado.
Pese a que Neymar no es motivo ni causa de forma voluntaria en su dimisión, Rosell se ha visto obligado a dejar la nave blaugrana por su fichaje, por una presunta apropiación indebida en modalidad de distracción, con lo que el astro brasileño ha sido la luz y la sombra para el presidente en menos de medio año.
Y es que un mandato de Rosell que debía acabar en 2016, se ve interrumpido por el caso Neymar, futbolista apuesta personal y que debía traer alegría y títulos al club. El astro brasileño llegó el verano de 2013 para mejorar el proyecto deportivo, como salvavidas, después de una temporada en que se ganó Liga pero se sucumbió ante el Bayern de Múnich en Europa.
Con él, Rosell pretendía traer ilusión y orgullo para un barcelonismo necesitado de confianza para la nueva temporada. El 3 de junio de 2013 fue presentado como nuevo jugador, ante 56.500 barcelonistas en el Camp Nou, hasta 2018, y Rosell estejó traerlo por 57,1 millones de euros.
Esta cifra que defienden Rosell y el club pese a que la querella se sustente en lo contrario, pues parece ser que la suma del fichaje podría subir hasta los 95 millones de euros, ha traído varios dolores de cabeza al exdirigente, que ha acabado por dimitir tras unos días convulsos llenos de contradicciones.
Y es que todo empezó con una querella puesta contra Rosell por un socio del club, Jordi Cases, por apropiación indebida en modalidad de distracción en el fichaje del brasileño. Cases, ante la negativa del club a explicar y desgranar las cifras de la operación por las famosas cláusulas de confidencialidad, optó por la vía jurídica.
Su querella llegó a la Fiscalía, que instó al juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz a admitir a trámite la querella contra Rosell al disponer de los contratos firmados entre clubes, jugador y asociaciones de la familia del astro brasileño, con los que en principio se podría entender que la operación sube hasta los 95 millones de euros, y no 57,1 millones que esgrime el club.
Este lunes pasado, Rosell sorprendió en rueda de prensa, convocada para explicar el referéndum para la construcción del nuevo estadio sobre la estructura del actual Camp Nou, al pedir a Ruz que admitiera a trámite la querella y le citara a declarar para dar explicaciones. El miércoles, el juez de la Audiencia la admitió a trámite pero no le citó a declara, ni a él ni al club blaugrana.
El siguiente paso fue anunciar la petición que haría Rosell a la Audiencia para que Ruz se inhibiera del caso y este fuera trasladado a Barcelona, al creer el club que todos los contratos en los que se basa la querella fueron firmados en la ciudad catalana y no en Brasil, aunque todavía no se ha hecho esta petición. Rosell trabajó por traer antes que nadie a Neymar a Europa, y se irá ahora antes de finalizar mandato por haberlo logrado.