MADRID, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Atlético de Madrid se despidió este miércoles de sus opciones en la Liga de Campeones 2022-2023 después de no pasar del empate a dos goles ante el Bayer Leverkusen alemán en un Cívitas Metropolitano donde sigue sin conseguir ser totalmente fiable en los últimos años en la máxima competición europea.
Diego Pablo Simeone logró que el Estadio Vicente Calderón fuese uno de los fortines del Viejo Continente desde su llegada en diciembre de 2011 al banquillo colchonero. Con el técnico argentino, el equipo madrileño sólo perdió uno de sus 23 partidos en competición continental, ante el Rubin Kazán ruso, en febrero de 2013 y en Liga Europa, en el feudo de la ribera del Manzanares.
Nadie más logró ganar en el Calderón y el cambio de estadio parece que no logró arrastrar aquella magia que llegó a llevar en volandas al Atlético de Madrid a dos finales de la Champions casi consecutivas en 2014 y 2016.
Ya su estreno en la máxima competición continental en el Wanda Metropolitano pareció dejar caer que no sería tan fiable. En la temporada 2017-2018, ante el Chelsea inglés, derrota por 1-2 en un año donde no pudo tampoco superar la primera fase y tuvo que disputar la Liga Europa, sobre todo por el empate en casa (1-1) ante el modesto Qarabag.
La victoria ante la Roma (2-0) completó sus tres partidos del grupo y comenzó una gran dinámica ya que en su recorrido hacia la conquista del título de la Liga Europa no falló en su feudo donde ganó sin encajar a Copenhague, Lokomotiv, Sporting de Portugal y Arsenal.
En la campaña siguiente, mantuvo esta solidez y ganó al Brujas (3-1), Borussia Dortmund (2-0), Mónaco (2-0) y, en la ida de octavos, a la Juventus (2-0), mientras que en la 19-20 comenzó empatando con la 'Juve' (2-2) y luego se impuso a Bayer Leverkusen (1-0), Lokomotiv (2-0) y Liverpool (1-0). Esta vez pasó con la remontada en Anfield, pero la pandemia hizo que jugase a un partido en Portugal los cuartos ante el Leipzig.
Y a partir de ahí se fueron torciendo los números en el Metropolitano, que en las tres temporadas siguientes sólo ha visto dos triunfos de su equipo en la Liga de Campeones. En la 20-21, debutó con sufrida victoria ante el Salzburgo (3-2), por entonces la novena en sus últimos diez partidos de Champions y la decimotercera en 14 encuentros europeos en total, para luego empatar con el Lokomotiv (0-0) y el Bayern (1-1). Las restricciones le obligaron a jugar como local su cruce de octavos con el Chelsea en Bucarest, donde cayó por 0-1.
En la 21-22, cayó ante el Liverpool (2-3) y el Milan (0-1) y empató sin goles ante el Oporto (0-0), mientras que en los octavos y en los cuartos firmó tablas ante el Manchester United (1-1) y el Manchester City (0-0). Tras siete partidos consecutivos sin ganar ante su afición, rompió esta racha este año, en el minuto 110, ante el Oporto (2-1), pero luego no pudo ni con el Brujas (0-0) ni con el Leverkusen (2-2).
De este modo, desde su mudanza al Metropolitano, el Atlético ha jugado allí 22 partidos en la Liga de Campeones con un bagaje de 10 victorias, tres derrotas y nueve empates, con 30 goles a favor y 17 goles en contra. Pero desde esa victoria por 3-2 ante el Salzburgo en octubre de 2020, es cuando los números son más preocupantes, con sólo una victoria en diez partidos, ocho goles anotados y nueve encajados.