MADRID, 14 Jun. (EUROPA PRESS) -
El seleccionador español Vicente del Bosque ha alcanzado este domingo en Borisov la mágica cifra de 100 partidos al frente de la selección al dirigir a España en la victoria contra Bielorrusia, correspondiente a la sexta jornada de clasificación para la Eurocopa 2016, y con un balance de 78 victorias, ocho empates y 14 derrotas.
El centenario llega para Del Bosque un año y un día después del golpe más duro, según reconoció, que ha sufrido como seleccionador al perder (1-5) en la fase de grupos del Mundial de Brasil contra Holanda, precisamente ante la selección de la que mejor recuerdo guarda tras tocar el cielo de los entrenadores al conquistar en 2010 el campeonato Mundial en Sudáfrica con un gol de Andrés Iniesta en la prórroga.
La andadura del salmantino --único técnico en la historia del fútbol que cuenta en su palmarés personal con una Liga de Campeones, un Mundial y una Eurocopa-- arrancó en agosto de 2008 con un triunfo (0-3) frente a Dinamarca en Copenhague tras recoger el testigo de una selección campeona de Europa en Viena con Luis Aragonés en el banquillo.
El periplo del 'Marqués', título nobiliario hereditario español creado por el rey Juan Carlos I por el "fomento de los valores deportivos", alcanzó la cresta de la ola en Sudáfrica con el metal de la segunda Eurocopa de la historia de la Federación y conoció de primera mano las llamas del infierno en Brasil con una dolorosa eliminación en la fase de grupos del último Mundial.
NÚMEROS HISTÓRICOS
A lo largo de sus primeros cinco años al frente, España se proclamó campeona mundial para que en 2012 se convirtiera en el único equipo desde que el fútbol existe capaz de obtener la 'Triple Corona' (Eurocopa, Mundial, Eurocopa) de forma consecutiva.
Los 100 partidos de Del Bosque marcan un antes y un después en el fútbol español ya que se convierte en el único seleccionador que ha sido capaz de llegar a esta redonda cifra con España, independientemente del decenio que el húngaro Ladislao Kubala vivió al frente del combinado español entre los años 1969 y 1980.
"Llegó al puesto cuando el equipo salía de un gran éxito. Habíamos quedado campeones de Europa y él empezaba. Luego, con su trabajo y su buen hacer, nos hizo campeones del Mundo y de Europa otra vez. Son dos éxitos extraordinarios que elevaron el fútbol español a la máxima cota durante cuatro o cinco años", valoró Ángel María Villar, presidente de la RFEF, en la felicitación por su centenario.
UN PACIFICADOR
En los momentos más críticos de la selección, en un vestuario viciado por las influencias de las peleas entre los integrantes de Real Madrid y FC Barcelona en los 'Clásicos' más duros de la última época, el exentrenador del Real Madrid y Besiktas puso la cordura que el grupo humano no perdiera la cabeza y afectara a las relaciones en los compromisos internacionales.
Así las cosas, Del Bosque fue un hombre clave para que Iker Casillas y Xavi Hernández, capitanes y máximas referencias de los conjuntos merengues y azulgranas respectivamente, se tendieran la mano entre sí para firmar una tregua en la rivalidad creciente tras una maratón de 'Clásicos'.
"Se dieron cuenta de que eso no tenía recorrido, por lo que recondujeron la situación y, afortunadamente, contamos con una convivencia sana en la selección, y ellos son los artífices de esa nueva situación", valoró el seleccionador después de que ambos futbolistas fueran premiados con el premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2012.
SU ÚLTIMO RETO
"Cómodo" y "emocionado", según reveló en su última rueda de prensa, con su situación de trabajo en el combinado español, Del Bosque está en inmerso --tras el ocaso de los grandes pilares que hicieron posible la época dorada del fútbol español-- en la construcción de una nueva generación que se acerque al grado de perfección y efectividad que encontró con Luis Aragonés en la dirección técnica, mientras busca del billete que lleve a la selección a la Eurocopa de Francia 2016.
Humilde, bondadoso y enemigo de las discusiones, Del Bosque atraviesa un periodo complicado al frente en el que tratará de renovar la ilusión perdida en el aficionado tras el traspiés que España sufrió en el Mundial que disputó el verano pasado en Brasil.
La recogida de galones de jugadores como Cazorla, Fábregas o Iniesta, la "transición dulce" en la portería entre Iker Casillas y David de Gea, la ecuación Diego Costa - Jose Mourinho o la adaptación de los jóvenes como Álvaro Morata, Paco Alcácer o Koke, entre otros, son los últimos retos que se encomienda para sí mismo el salmantino, que a sus 64 años no ha revelado con carácter oficial una fecha de caducidad concreta tras siete años al frente de la selección española de fútbol.