De las dudas al ¿Balón de Oro?

Courtois en el momento de detener el lanzamiento de Mohamed Salah en la final de la Liga de Campeones 2021-2022
Courtois en el momento de detener el lanzamiento de Mohamed Salah en la final de la Liga de Campeones 2021-2022 - Nigel Keene / Pro Sports Images / AFP7 / Europa Pr
Publicado: sábado, 4 junio 2022 11:04


MADRID, 4 Jun. (EUROPA PRESS) -

El portero belga Thibaut Courtois vive su mejor momento desde su llegada al Real Madrid en el verano de 2018, un aterrizaje que no cumplió las expectativas, pero del que ha sabido recuperarse para convertirse en una pieza indiscutible y vital en los últimos éxitos del club madridista.

La exhibición del guardameta de Bree, de 30 años, en la final de la Liga de Campeones ante el Liverpool, coronó otro gran año del internacional y que incluso se le pueda situar en la terna de candidatos para optar al Balón de Oro que parece tener como favorito a su compañero Karim Benzema. De momento, en los dos años de existencia del Premio Lev Yashin que France Football otorgar al mejor arquero no ha estado ni entre los tres mejores.

El portero madridista fue clave en la consecución de la 'Decimocuarta' como posiblemente lo fue Iker Casillas en la 'Novena' en 2002, con aquellas tres paradas en un corto espacio de tiempo y teniendo que salir del banquillo. Courtois no falló ante el Liverpool y cerró una gran temporada donde firmó grandes paradas claves y enterrar de forma definitiva cualquier duda que surgió sobre su fichaje, que provocó también la salida posterior de un Keylor Navas que tenía el cariño de la afición y que había sido muy solvente en las finales de la Champions de 2016, 2017 y 2018.

El belga llegó al club madridista, por el que firmó por seis años, justo después de haber sido una de las piezas destacadas en su selección durante el Mundial de Rusia, donde Bélgica finalizó en tercer lugar. No llegó Eden Hazard y su fichaje fue recibido con cierto escepticismo porque Keylor Navas había respondido.

Los dos alternaron la portería, aunque Zinédine Zidane optó más por un Courtois que jugó 35 partidos ligueros y cinco en Champions, por los 10 y tres del costarricense, aunque encajó 36 de los 46 goles en LaLiga Santander y únicamente dejó su portería a cero en 10 de sus 32 encuentros entre el torneo doméstico y la máxima competición continental. Fue goleado en el Clásico del Camp Nou (5-1) y en la vuelta de octavos de la Champions ante el Ajax (1-4).

El panorama empeoró para el portero en la siguiente temporada, donde, ya como titular indiscutible tras la marcha de Navas al PSG, fue uno de los blancos de las críticas de la afición. Ante el Brujas, en Champions, no salió tras el descanso después de recibir dos goles y después de ser pitado por la afición del Santiago Bernabéu. Los medios hablaron que sufría un cuadro de ansiedad, pero el Real Madrid lo desmintió y lo achacó todo a una gastroenteritis

"Injusto o no, es lo que hay y él lo sabe. Es fuerte. Sabe que la primera parte es fallo de todos. Lo importante es como se sienta él, pero no es el único responsable de los primeros 45 minutos", advirtió Zidane tras el choque contra el conjunto belga.

"ESTAR EN EL CORAZÓN DE LOS MADRIDISTAS SE GANA CON TUS ACTUACIONES"

Courtois no hacía buenas las expectativas depositadas sobre él, mientras que al mismo tiempo salía claramente perdedor en las continuas comparaciones con el papel que jugaban Marc-André ter Stegen y Jan Oblak en el FC Barcelona y el Atlético de Madrid. "Lo único que puedo hacer es dar todo para intentar estar en el corazón de los madridistas. Eso se gana en el campo con tus actuaciones, ganando partidos y títulos, no con palabras", recalcó entonces.

Pero a partir de ahí, cambió la situación y su nivel fue elevándolo hasta consolidarse e irse convirtiendo en un 'muro' y dejando grandes intervenciones. Meses después, pudo saborear el título de la Supercopa de España ante su antiguo equipo, el Atlético, al que frenó con paradas claves y deteniendo un penalti en la tanda a Thomas Partey.

Terminó su segunda campaña con sólo 20 goles encajados en LaLiga Santander en 34 partidos y con 18 porterías imbatidas en el torneo doméstico, siendo el 'Trofeo Zamora', el primero de un portero madridista desde 2008 (Iker Casillas), y con el título liguero. En ese sprint final de diez victorias seguidas tras el Estado de Alarma, sólo recogió el balón de dentro de su portería en cuatro ocasiones.

Su tercera temporada también fue de muy buen nivel, aunque no estuvo recompensada por ningún trofeo. Lo jugó todo, 51 partidos, y recibió 28 goles en LaLiga Santander, el segundo menos goleado y sólo superado por Jan Oblak. Meses después, el club renovaba su confianza y ampliaba su contrato hasta 2026, y Courtois se lo recompensó con una año tremendo.

El portero belga volvió a ser clave y su influencia en el doblete Liga-Champions está a la altura del de Karim Benzema, Vinicius Jr o Luka Modric. No tuvo tantas porterías a cero como en los dos años anteriores, pero evitó disgustos mayores, sobre todo en la máxima competición continental donde fue el guardameta que más paradas realizó, un total de 61, 20 más que el segundo, el argentino Gero Rulli (Villarreal). Pese a ello, la revista 'Four Four Two' no le situaba ni entre los diez mejores del mundo en su posición.

Y su mayor influencia la tuvo en la decisiva ronda de cruces. En octavos, en la ida en el Parque de los Príncipes, frenó a Kylian Mbappé y detuvo un penalti a Leo Messi, mientras que en la vuelta también mantuvo con vida a los suyos. En cuartos, una mano espectacular a César Azpilicueta y mucha seguridad bajo palos en su regreso a Stamford Bridge, y una mano clave a un cabezazo de Kai Havertz con 0-3 en el Bernabéu, preludio del tanto de Rodrygo que llevó el partido a una prórroga donde continuó firme.

En las semifinales, encajó cuatro goles en el Etihad Stadium, pero luego elevó su figura cuando las cosas peor estaban en la vuelta tras el 0-1 de Riyad Mahrez. El pie magistral a Jake Grealish, fiel reflejo de su enorme envergadura, alimentó la épica y en la prórroga le sacó un cabezazo casi letal a Joao Cancelo. Le quedaba ratificar todo ese trabajo en la final ante el poderoso ataque del Liverpool y no falló, amargando sobre todo a Mohamed Salah y una parada descomunal en el tramo final y con 1-0 en el marcador.

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