La segunda estrella, tras los desastres en Brasil, Rusia y Catar, próximo objetivo para los de Luis de la Fuente
MADRID, 15 Jul. (EUROPA PRESS) -
La selección española masculina de fútbol se proclamó el domingo campeona de Europa por cuarta vez en su historia, el mejor palmarés de un torneo que vuelve a insuflar optimismo a una España que, campeona también de la Liga de Naciones, tiene ahora el reto de rendir en los Mundiales como no hace desde que ganó el de 2010.
La historia reciente de esta selección es una montaña rusa. Un sube y baja donde ha sido capaz de alcanzar las cotas más altas en el Viejo Continente pero que también ha dejado un desastre mundial tras otro desde Sudáfrica. Con todo, la balanza sonríe a una España que, bajo la dura comparativa de un equipo de leyenda, sigue dando generaciones con hambre y calidad para ganar títulos.
No se trata de comparar a esta selección con la que ganó Eurocopa-Mundial-Eurocopa, pero lo de España en Berlín no es una resurrección, ni una rara avis, sino la confirmación de que va por buen camino. La etapa de Luis Enrique sentó buenas bases, rozando la final de la Eurocopa hace tres años y dejando a tiro la 'Final Four' de la Liga de Naciones que remató Luis de la Fuente.
La selección ha tenido que lidiar además con el fuego amigo, con la destitución de Julen Lopetegui a dos días del debut del Mundial 2018 o con la marejada institucional más actual, tras la sonora salida de Luis Rubiales de la Real Federación Española de Fútbol. Lo cierto es que la cara mala, en esos altibajos del equipo, ha llegado en los Mundiales, batacazo por sistema que empezó en Brasil 2014.
Entonces, como vigente campeona, España no pasó de la fase de grupos. Después, con Fernando Hierro como técnico improvisado, la selección cayó en octavos de final ante Rusia, sin pena ni gloria, y, en Catar 2022, Marruecos eliminó al equipo de Luis Enrique también en octavos. Seguramente, el técnico asturiano fue el culpable al menos de devolver un juego más reconocible a la 'Roja'.
'Lucho', que también protagonizó un mandato complicado con el parón por el fallecimiento de su hija y la salida forzosa de su sustituto Robert Moreno, dejó brotes verdes y también muchos titulares. Un entrenador que lo ganó todo con el FC Barcelona, con devoción por el debate y que creó su propio canal en las redes sociales durante el pasado Mundial para compartir los entresijos.
Sin embargo, el paso adelante visto en la Liga de Naciones, con la final en 2021, y con la Eurocopa ese año, cayendo en penaltis con Italia en semifinales, no se vio en Catar. La eliminación ante Marruecos supuso el cambio de ciclo, con el ascenso desde la Sub-21 de Luis de la Fuente. Una enciclopedia del fútbol español, conocedor y triunfador de las categorías inferiores, y un gran apaga fuegos.
El riojano dio la razón a los que confiaron. Fueron muchas las dudas sobre un equipo que parecía demasiado joven, inexperto, sin grandes estrellas, pero De la Fuente ya había sido campeón con muchos de ellos. La derrota en Escocia en marzo del año pasado llegó a verse como el principio del fin, viendo peligrar incluso la Eurocopa pese a llevar dos partidos de la fase de clasificación.
Del miedo a no llegar, a ganar este domingo el cuarto trofeo continental, rompiendo el empate que había con Alemania en el palmarés del torneo. Reyes de Europa con un juego vertical, usando la posesión para hacer daño al rival, con Nico Williams y Lamine Yamal como presente y futuro, junto a Rodri, Dani Olmo, Fabián y una amplia lista de jugadores que maneja De la Fuente. España se rearmó además con un título de máxima exigencia, superando a campeonas del mundo como Italia, Alemania, Francia e Inglaterra.
"A por el Mundial", dijo Nico Williams tras ser elegido MVP de la final de Berlín y hacer el 1-0 a los ingleses. A sus 22 años recién cumplidos, el extremo internacional tuvo claro dónde pone su mirada ahora la selección. La segunda estrella es el próximo gran objetivo de una España que metió miedo en Alemania y dejó claro que vuelve a tener equipo como para soñar a lo grande en el Mundial 2026 que se celebrará en Canadá, México y Estados Unidos.