MÁLAGA, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
La selección española superó a la de Francia (1-0), actual subcampeona mundial, gracias a un tanto de Capdevila, tras un saque de esquina a diez minutos del final, que sirve para paliar una noche aciaga por culpa de las lesiones de Fernando Torres y Ángel, y previamente de Bojan, y una concentración convulsa.
España mitigó, con un resultado meritorio porque el combinado de Domenech se mostró como un conjunto muy poderoso en la zona ancha y fuerte atrás, el enrarecido ambiente que acompaña cada concentración y deportivamente amplía la credibilidad del grupo.
Ganó además España como no suele hacerlo. Necesita siempre mucho fútbol, y más ante selecciones de enjundia, para sumar puntos o victorias, pero en esta ocasión doblegó a Francia, a la que también venció en el amistoso previo entre ambas selecciones -en Valencia 2001 (2-1)-, después de un partido equilibrado, incluso en el que los galos merecieron más a los puntos.
Incluso a España le acompañó la suerte tan esquiva en las grandes citas en una doble ocasión errada por la tricolor en el último minuto. Primero Benzema estrelló un cabezazo en el larguero y el rechace lo echó fuera Henry cuando todo estaba a su favor. Además apareció ya en el descuento el habitual milagro de Casillas, en una gran intervención con el pie a disparo de Henry.
Ninguna de las dos selecciones se había mostrado tan impetuosa como en el tramo final, en el que una Francia herida, por el tanto de Capdevila, redobló esfuerzos para batir a Casillas. Hasta entonces Francia había dominado un partido en el que había ofrecido mejores sensaciones y que sólo se rompió en el rechace de un saque de esquina, gracias al oportunismo de Capdevila.
MEJORÍA NACIONAL EN EL SEGUNDO ACTO
España hizo más méritos en el segundo acto, con mayor posesión y presencia de Iniesta, uno de sus pilares. Incluso Villa, el 'nueve' tras el descanso, había rozado la madera con un intencionado libre directo, pero tampoco exhibió excesivos argumentos ofensivos.
De hecho pronto se truncaron las ideas de Luis Aragonés con la lesión muscular de Torres, sustituido por Güiza a los veinte minutos de juego. España, en el inicio, apenas manejó el partido porque sus guionistas -Xavi, Cesc e Iniesta- eran absorbidos por el entramado francés en la medular, con un todavía poderoso Vieira.
Francia, más directa y vertical, aprovechó el estado de forma de un electrizante Anelka para desgastar defensivamente al equipo nacional, siempre preocupado por los movimientos del ex madridista. Pero tampoco los galos certificaron su fútbol con ocasiones y el partido se difuminaba con el paso de los minutos y el respeto mutuo de los contendientes.
En la segunda parte, sin el esperado concurso de Bojan por culpa de una indisposición previa al choque, España lució mejor versión, con una Francia más replegada. El conjunto de Luis Aragonés desplegó velas en el tramo final, imprimió mayor carácter al juego y consiguió desarbolar el entramado galo.
Le llegó incluso el premio en el tanto de Capdevila, necesario para suavizar el ambiente y relajar el ambiente hasta al menos el próximo amistoso, el 26 de marzo ante Italia. Una victoria que consuela, que rearma al equipo por ganar a una aspirante a la corona continental y sobre todo satisface por haberla conseguido sin parecerse a la mejor España.