MADRID, 9 Dic. (EUROPA PRESS) -
La final de la Copa de Libertadores de América llegó sana y salva este domingo hasta el pitido inicial en el Santiago Bernabéu, cuando el balón decidirá ya campeón entre River Plate y Boca Juniors, en un duelo exportado a Madrid sin incidentes y que nadie se quiso perder.
Casi un mes después del 2-2 en el partido de ida celebrado en La Bombonera, la final se disputa en la capital de España sin que haya dejado incidentes en su camino hasta las 20:30 horas. Ahí comenzó un partido decisivo que se vio suspendido y aplazado en Buenos Aires el pasado 25 de noviembre, por el ataque al autobús de Boca en las inmediaciones de El Monumental.
A Madrid llegó la final por decisión de la CONMEBOL, en medio de un tremendo despliegue de seguridad con más de 4.000 efectivos. La capital se preparó en tiempo récord, con la experiencia de otros grandes eventos pero con el miedo de los antecedentes violentos, y el primer reto quedó superado sin incidentes.
Desde primera hora de la mañana, las dos aficiones tuvieron su espacio cerca del Bernabéu, a lo largo del Paseo de la Castellana, desde Nuevos Ministerios hasta Plaza de Castilla. Unos en las 'fan zone', otros siguiendo a sus equipos del hotel al estadio. La afición de River y Boca supo dar calor al partido sin que tuviera que intervenir la policía.
A partir de las 16 horas, las aficiones fueron llegando al Bernabéu, donde esperaban intensos controles de seguridad. Lo más latoso de la jornada pero, con un goteo incesante, bien superado sin grandes esperas. Todo para llegar al estadio del Real Madrid, que acoge la primera final argentina de la Libertadores.
En los aledaños la tensión fue más entre los medios de comunicación, sin poder llegar a todo para captar la instantánea de la entrada de la interminable lista de gente del fútbol, deporte y política que no quiso perderse la final americana. Las carreras en el acceso al palco de honor del estadio fueron casi cómicas.
Decenas de cámaras y micrófonos de esa puerta a la del parking del estadio unos metros al lado. Messi fue el más esperado, pero con él desfilaron muchos de los mejores jugadores americanos que juegan por Europa. Además, la comitiva oficial del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.