Foto de plantilla del CD Leganés
CD LEGANÉS
Publicado: viernes, 12 enero 2018 11:18


MADRID, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -

El Club Deportivo Leganés está a unos meses de cumplir 90 años y atraviesa el momento más dulce de su historia: es noveno en Primera División, a cuatro puntos de Europa, y está clasificado para cuartos de final de la Copa del Rey, un 'milagro' futbolístico que tiene nombre y apellidos desde hace unas temporadas.

La historia reciente del Lega, un club humilde ubicado en la periferia madrileña, destaca por dos momentos en la última década. La llegada de la actual junta directiva en 2008, encabezada por su presidenta Victoria Pavón, y la contratación como técnico de Asier Garitano en junio de 2013, el hombre de los dos ascensos.

El primero de estos momentos clave supuso evitar la desaparición del club, ahogado por las deudas en Segunda B, donde militaba desde 2004. Sin embargo, la nueva junta directiva no pudo llegar y besar el santo. El Lega tardó seis temporadas en dar con la tecla tras varios intentos frustrados por ascender (Jaén, Badalona y Lleida). La dirigencia utilizó esos años para sanear el club y ganar una imagen entre sus habitantes, históricamente divididos entre Real Madrid y Atlético.

Tras cinco intentos en balde bajo el mandato de Pavón, el Leganés decidió fichar para su banquillo a Asier Garitano. Un entrenador vasco, con experiencia en Segunda B, y que llegaba recomendado por un exdirector deportivo. Nuevas formas de trabajo para un club que tenía, tan solo, cuatro jugadores en plantilla y un enorme desafío: construir de cero un equipo que volviese a pelear por abandonar el fútbol de bronce.

Garitano nunca prometió subir de categoría, pero sí expresó repetidamente su deseo de "jugar con los mejores". Doce meses después el Leganés subía a Segunda División. Lo hizo con un presupuesto discreto para la categoría (300.000 euros) y cogió el camino más largo. No fue campeón de grupo, pero pudo culminar una gesta que será recordada por siempre en la localidad.

Tras tres eliminatorias, un gol de chilena de Carlos Álvarez en Hospitalet devolvió a los 'pepineros' al fútbol profesional diez años después. El 22 de junio de 2014 se reescribió la historia de los blanquiazules poniendo la primera (gran) piedra para que aconteciese el resto de 'milagros'. Desde aquel día hasta hoy, el Lega ha cosechado una alegría tras otra.

"ESTÁIS PARA ASCENDER"

Después de una temporada de aclimatación a Segunda División que terminó con un meritorio décimo puesto, el equipo dio un salto de calidad al año siguiente con la llegada de jugadores como Gabriel Pires, un desconocido brasileño cedido por la Juventus, Omar Ramos o Alexander Szymanowski, los cuales aportaron muchos goles. La consolidación de un estilo y una mejor afluencia a Butarque hicieron el resto.

A los tres meses de competición del curso 2015/16 Garitano reunió a sus jugadores para transmitirles un mensaje: "Estáis para ascender". Esta proclama se convierte en una realidad pocos meses después. En febrero de 2016, el Leganés, un equipo casi recién ascendido, lideraba en solitario la entonces llamada Liga Adelante. La 'locura' del entrenador pepinero no era imposible.

Hasta la presidenta Pavón reconoció durante aquellos días que "todavía no había tenido tiempo de soñar con el ascenso a Primera" al estar tan reciente la alegría de Segunda. El 4 de junio el Leganés certificó el ascenso a la mejor Liga del mundo. Un cabezazo de Pablo Insua en Anduva permitió que llegase el momento más importante en la historia del club.

SOÑANDO EN LA ÉLITE

Meses después, con un Butarque ampliado hasta los 11.000 espectadores, y un presupuesto cercano a los 40 millones de euros, el Leganés caía de pie en Primera División. Su debut lo hizo ante el Celta y ganó (0-1) con un gol de Víctor Díaz. Sin embargo, a finales de octubre tuvo que afrontar su momento más delicado.

Una plaga de lesiones obliga a acudir al mercado de invierno -realiza siete incorporaciones- para corregir una situación que alarmaba al cuerpo técnico pese a no llegar a pisar los puestos de descenso en ninguna jornada.

Iago Herrerín, Champagne, Siovas, El Zhar, todos ellos contribuyeron a dejar al Lega en la máxima categoría, sumado al esfuerzo de los Rubén Pérez, Mantovani y compañía. Este último, el gran capitán, es el único superviviente, junto a Eraso, de la etapa en el barro. Ellos mejor que nadie saben saborear cada hazaña. La de la pasada temporada llegó en San Mamés.

El empate de aquel domingo hacía cumplir, nuevamente, el eslogan más repetido por su míster: "Queremos competir siempre con los mejores y estar más cerca de ganar que de perder". No hay rueda de prensa que no las mencione. Es su "partido a partido", su biblia, la misma que le ha llevado hasta lo más alto.

La presente temporada, el Leganés es noveno con 24 puntos, tiene la mitad del camino recorrido para la salvación y además ha alcanzado los cuartos de final de la Copa del Rey por primera vez en su historia. El pasado miércoles en Vila-real conquistó una nueva cumbre. La misma que jamás hubiera imaginado coronar aquel mes de mayo de 2014, cuando todavía jugaba en Segunda B, ante 500 personas y los medios de comunicación no sabían que existía un humilde plebeyo con ganas de triunfar: El Club Deportivo Leganés.

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