BARCELONA, 10 Ene. (EUROPA PRESS) - El entrenador del FC Barcelona, Luis Enrique Martínez, ha asegurado este martes preguntado por las polémicas arbitrales que han acompañado al equipo en sus últimos partidos, y que han propiciado las quejas de entre otros de su jugador Gerard Piqué, que lo "fácil" es "llorar y quejarse" pero que deben "mantenerse por encima" como está haciendo tanto él como el club. "Es intachable la postura del entrenador del Barça y del club de mostrarse por encima de cualquier situación arbitral de un partido. Lo fácil es llorar y quejarse, lo difícil es mantenerse en beneficiar al fútbol y a tu equipo y no escuchar el 'runrún'. Intachable la postura del club y del entrenador, que soy yo", aseguró en rueda de prensa. Pese a esos rumores aseguró que en la Ciutat Esportiva Joan Gamper el equipo tiene "una calma de la repera". "El ambiente es maravilloso, todo en sintonía. Debemos seguir mejorando, pero si hay alguien especialista en convivir con este 'runrún' son los jugadores del Barça", añadió al respecto. Así, en cuanto a las valoraciones de Piqué sobre que había jugado "a la ruleta" y no al fútbol en San Mamés, en la derrota en la ida de los octavos de final de Copa del Rey (2-1), o las quejas tras el empate en Villarreal (1-1), aseguró respetar la opinión de un jugador al que alabó en lo deportivo y en todos los sentidos. "Cada uno tiene su opinión. Con Gerard hablo muchas veces de muchas cosas, cada uno tiene su opinión. Pero no es ni una decisión mía, veo que el club lo hace el estar por encima de situaciones que dan rabia de verlas como las de estas últimas semanas. Hay que ayudar al estamento arbitral para que se equivoquen lo menos posible", señaló reconociendo su desacuerdo con lo sucedido. En concreto, Piqué y otros jugadores blaugranas se quejaron de las dos manos de Bruno dentro del área del Villarreal que podrían haber sido objeto de penalti a favor del Barça. Por otro lado, en el Villarreal reclamaron otra mano de Javier Mascherano que, según fuentes del club como el vicepresidente Jordi Mestre, no fueron voluntarias a diferencias de las del jugador castellonense.