MADRID, 14 Abr. (EUROPA PRESS) -
El entrenador del FC Barcelona, Luis Enrique Martínez, ha asegurado que "no" se equivocó "en nada tácticamente" en la derrota de la ida de cuartos de final de la Liga de Campeones ante la Juventus en Turín (3-0), aunque se ha erigido en el "máximo responsable" de lo ocurrido, y ha afirmado que en la vuelta en el Camp Nou deberán "tomar riesgos" y esperar "que se junten todos los astros", además de estar convencido de que pueden superar la eliminatoria.
"Sería muy fácil decir que no, porque es como lo siento, no me equivoqué en nada, pero soy el máximo responsable. Si no he sido capaz de transmitir el modo de jugar a mis jugadores el error es mío. No hay nadie más interesado que el jugador del Barça en hacerlo bien. Me enfado cuando no se consiguen los resultados y se lo hago saber. La responsabilidad es mía al cien por cien, en cada derrota y en cada empate, pero en el partido de Turín no me equivoqué en nada tácticamente", declaró en la rueda de prensa previa al partido de este sábado ante la Real Sociedad en el Camp Nou (20.45 horas).
En este sentido, el técnico asturiano discrepa ahora con sus propias declaraciones tras el encuentro del martes, cuando afirmó que no veía que fuesen capaces de remontar. "Se tiende a tomar como trascendentales las declaraciones de jugadores y entrenadores al acabar un partido y están claramente condicionadas por lo que acabas de vivir. No me arrepiento de nada de lo que dije porque era lo que sentía", indicó.
"Es evidente que las cosas cambian, y cambian muy rápido. No tengo ninguna duda de las posibilidades del equipo, de que podemos volver a darle la vuelta a la eliminatoria, de hecho está más fácil que la de París. Todo pasa por volver a encontrar la senda de la victoria ante la Real en nuestra casa. Será difícil y complicado. Luego tendremos días para ver lo que pasa en la 'Champions'", prosiguió.
Además, el preparador culé también considera un hándicap el tiempo, ya que tras la derrota en París ante el PSG (4-0) tuvieron un mes para recuperarse del shock. "El duelo de París fue mucho más largo y este ha de ser exprés. Hay diferencias entre la eliminatoria de París, en la que fuimos inferiores durante todo el partido, y la de Turín, donde en la segunda parte estuvimos a su nivel e incluso generamos más ocasiones de gol; en la primera estuvimos muy por debajo del nivel deseado con y sin balón", explicó.
"A estas alturas de competición y contra estos rivales, eso se paga. Pero le veo muchas opciones al partido de vuelta, y necesitamos ganar tres puntos ante la Real Sociedad para llegar de la mejor manera", añadió Luis Enrique.
A pesar de todo, expresó su sensación de que el partido de Turín no fue tan malo como la gente considera, y que pesa el resultado. "Tuvimos muchas ocasiones claras como para poder marcar uno o dos goles. Un resultado de 3-2 o 4-2 hubiese sido lo lógico. La suerte es clave. Ellos aprovecharon una muy mala primera parte nuestra y se hicieron con dos goles; el tercero es un córner en el que estamos defendiendo perfectamente pero en el que el poderío físico de ellos nos supera en esa jugada", expresó.
"La Juve es un equipo que no encaja muchos goles pero al que le generan muchas ocasiones de gol. Vamos a tomar riesgos, los que sean necesarios porque no tenemos nada que perder, y aprovecharnos de que se junten todos los astros. Tenemos que conseguir un gol menos que en el de la eliminatoria de la vuelta, pero ahora me preocupa cero la Juve, me preocupa el partido de mañana", apuntó.
"Si no somos capaces de tener sintonía con nuestra afición y que nuestra afición entienda que mañana necesitamos ganar y hacerlo a través de nuestras armas, llegaremos en complicaciones. Vamos a intentar ser más guerreros que nunca mañana, en lo que significa tolerar y superar la frustración, y dar la mejor versión posible", continuó.
Por otra parte, Luis Enrique aseguró que si tuvo algo que decirle a los jugadores, fue el privado. "Los toques de atención los doy dentro del vestuario y a cada jugador a la cara, y me gusta que sean recíprocos; todavía no me han dado ninguno. En Turín, en la primera parte nos equivocamos mucho con balón; en la segunda mejoró todo muchísimo y dimos una impresión mucho más cercana a la de un equipo que podía ganar el partido", subrayó.
Por último, recordó que ya está acostumbrado a las críticas. "Han sido tres añitos bastante intensos, igual queda hasta lo mejor. Uno se acostumbra a todo. Los palos verdaderos nos los damos a nosotros mismos, la autocrítica es superior a cualquiera. Estoy en perfecto estado de revista", concluyó.