BARCELONA, 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
El jugador del FC Barcelona Neymar está ante una ocasión única de poder lograr un doblete de lujo con la Copa Libertadores de Sudamérica, que ganó en 2011 con el Santos, y con una Liga de Campeones que aspira a ganar este sábado en la final que jugarán contra la Juventus de Turín en el Olympiastadion de Berlín.
Neymar, que llegó al FC Barcelona el verano de 2013 dispuesto a explotar su calidad en Europa en una de las Ligas más potentes del mundo, si no la que más, y en un club centenario e histórico como el blaugrana, está ya a las puertas de su primera final de la Liga de Campeones. Y, además, será titular salvo sorpresa en mayúsculas.
En su primera temporada en Barcelona, el equipo dirigido entonces por Gerardo 'Tata' Martino quedó eliminado en la Liga de Campeones en los cuartos de final a costa del Atlético de Madrid, quien perdería a posteriori la final contra el Real Madrid. Fue un jarro de agua fría para el brasileño, pero en su segundo intento puede quitarse ese mal recuerdo.
De momento está siendo clave en los esquemas de Luis Enrique Martínez. Con el técnico asturiano en el banquillo y con Leo Messi y Luis Suárez como compañeros de ataque en un tridente de auténtico lujo ha explotado del todo. De momento, Neymar suma ya 9 goles en esta 'Champions' y quiere acabarla con el título y, a poder ser, más goles.
Si lo logra, podrá presumir de ser campeón de la máxima competición continental en Europa y en Sudamérica. Y es que en 2011, con su Santos, se proclamó campeón de la Libertadores dando la tercera copa al club paulista. El ahora jugador blaugrana anotó 6 goles en aquella competición y fue clave en la consecución del título.
De hecho, Neymar fue el autor del gol que abrió la lata en aquella final. El 22 de junio de 2011, en el Estadio Pacaembú de Sao Paulo ante 40.200 espectadores, el '11' blaugrana y entonces '11' del Santos abrió el marcador en el minuto 46. El gol de Danilo dio la tranquilidad al Santos pese al autogol de Durval que hizo soñar al Peñarol uruguayo con el empate, que no llegó (2-1).